Icono del sitio The Digital Questioner

Análisis de la cuarta temporada de The Crown

Imagen Destacada de la 4ta Temporada de The Crown The Digital Questioner

Analizamos la cuarta temporada de The Crown, que con la llegada de la princesa Diana, sienta las bases para el futuro de la serie.

Si por algo ha destacado Netflix, ha sido por la calidad que algunas de sus series exclusivas nos han ofrecido, con House of Cards o Altered Carbon demostrando el gran nivel que el servicio puede alcanzar cuando se lo propone. Pero si hay una que ha destacado por encima de todas las demás ha sido The Crown que, en sus tres primeras temporadas, nos ha narrado la vida de la reina Isabel II, viendo su paso de la joven e inexperta princesa, a la sabia reina del Reino Unido, y como ha impactado su deber a su familia a lo largo de las décadas, algo que continua con su cuarta temporada, que destaca por representar el inicio del que será uno de los puntos de inflexión más importantes en la historia de la monarquía británica, representada en la figura de la princesa Diana.

El peso del deber

The Crown puede resumirse en una simple idea: el sacrificio personal en nombre del deber para con tu país y la monarquía. La historia de la serie se centra en como Isabel II, desde su tiempo como princesa, hasta que finalmente es coronada reina del Reino Unido, tomo muy en serio su promesa de dedicarse, hasta el último día de su vida, al deber que adquirió para con su país el día que asumió el cargo de reina, asumiendo no solo en su vida pública, sino en la privada, un comportamiento y personalidad acorde al cargo.

Esto ha llevado al personaje de la reina a respetar, al pie de la letra, una serie de tradiciones y leyes, que le han llevado a elegir siempre entre el deseo y su felicidad o sus deberes y obligaciones como reina, eligiendo siempre esto último como prioridad, eligiendo imponer esto al resto de su familia, siendo la lucha constante entre sus deseos, y la imposición del deber de parte de la reina y la institución que es la monarquía, lo que ha definido las tramas de los personajes hasta ahora.

La reina Isabel II es representada como una persona decidida a cumplir su juramento como reina, siendo el símbolo de unidad y respeto a las tradiciones del Reino Unido. Imagen de Netflix.

Esta lucha entre deseo y deberes ocurre, porque la familia real vive a la sombre del escándalo que represento la decisión de Eduardo VIII de abdicar al trono para poder casarse con Wallis Simpson, actriz estadounidense, dos veces divorciada, ante la negativa, tanto de la Iglesia de Inglaterra como del gobierno británico, de permitir al rey casarse con ella. Aunque esto ya sucedió hace bastante tiempo, en la temporada 1, es la base que explique cómo todo lo hecho por Isabel II con su familia en toda la serie, hasta ahora, ha sido preservar la tradición, símbolos e imagen de la monarquía para evitar un escándalo como ese, aunque en el camino haya creado una familia disfuncional, incapaz de mostrar afecto genuino, y que son representados como personas con problemas para sentirse verdaderamente felices, ya que, al ser miembros de la monarquía, su vida y acciones gira en torno a la figura de la reina, quien posee la ultima palabra en que pueden o no hacer en sus vidas.

Pero si por algo destaca esta temporada es por las similitudes y diferencias con la reina que traen los dos personajes que entran en estos episodios. En primer lugar, tenemos a Margaret Thatcher, interpretada por Gillian Anderson, que es similar a la reina en cuanto a su sentido del deber para con su país y su ética de trabajo, pero que se diferencia en que desea traer una revolución al Reino Unido, al priorizar el crecimiento económico, reducir el gasto público, controlar con mano de hierro a su gabinete y su partido, todo con una personalidad e ideas que generaba divisiones y críticas entre las personas, muy diferente a una reina Isabel II que, por las mismas necesidades y limitaciones de su cargo, actúa como un símbolo de unidad, de conciliación y de estabilidad.

Margaret Thatcher es representada como una mujer deseosa de cambiar al Reino Unido, pero que en el camino dejo enemigos y polémicas. Imagen de Netflix.

En segundo lugar, tenemos a quien seguramente es uno de los miembros de la familia real más famosa de los últimos tiempos, la princesa Diana, interpretada brillantemente por Emma Corrin, y quien probablemente es el personaje más importante de cara a la quinta temporada.

Y es que, literalmente, yo he estado esperando desde el principio de The Crown la llegada de Diana, por todo lo que ella sufrió e hizo con la monarquía. Ella comienza en una situación similar a la que tuvo una joven princesa Isabel 30 años antes: sacrificar su felicidad y deseos personales en nombre de lo que la monarquía y el puesto de esposa del futuro rey le exigía, sin una idea exacta de cómo llevar adelante su nuevo rol. Pero se diferencian en que Diana es una persona mucho más alegre, optimista, carismática y abierta que la siempre reservada persona que fue la reina Isabel II, y que aunque en un comienzo trata de seguir el mismo camino, tras su matrimonio con el príncipe Carlos, la falta de amor y apoyo de parte de la familia real, vemos como se sientan las bases para que estas diferencias tan marcadas entre Diana e Isabel II exploten en el futuro de la serie.

Y es que Diana representa una era que ya ve como anticuadas las tradiciones que la familia real defiende obsesivamente, con Isabel II como máximo ejemplo de una forma de ver el mundo totalmente contraria a Diana. Es tal la obsesión de la familia real de preservar las tradiciones, y de evitar un escándalo como el de Eduardo VIII, que, llegado a la época de Diana, han degenerado en un estancamiento en sus valores e ideas que, con Diana ahora presente, finalmente entrará en una crisis que pondrá en riesgo a la monarquía en la siguiente temporada.

Todo esto viene acompañado por el gran trabajo que logra Emma Corrin, que logra transmitirnos esa personalidad, belleza, elegancia y carisma que asociamos a la princesa Diana, y consigue a partes iguales mostrarnos sus alegrías y sufrimientos a lo largo de la temporada, dejándonos con las ganas de ver como actuara cuando la siguiente temporada refleje el momento en que finalmente pelea y rompe con la familia real. Mención aparte debo hacer de como representan el tema de la bulimia que ella padeció, representado aquí no como una obsesión por ser delgada y bella, como es la imagen típica, sino la respuesta desesperada de una joven con depresión por el ambiente que le rodea.

Diana Spencer, la princesa de Gales, nos es presentada como una joven alegre que es engullida por la conflictiva familia real. Imagen de Netflix.

Pero no podemos hablar del personaje de Diana sin el del príncipe Carlos, interpretado por Josh O’Connor. Sería muy fácil poner el personaje de Carlos como el villano de la historia que traiciona y maltrata a una pobre Diana, pero la serie hace un esfuerzo muy loable de representar a este personaje de la forma mas neutral posible. Gracias a esto, tenemos a un hombre que realmente ama con devoción a Camilla Parker Bowles, pero ante la imposibilidad de casarse con ella por imposición de la familia real, y teniendo una personalidad sumisa ante los deseos de la reina y la monarquía, se ve obligado a casarse con Diana (por ser un digno miembro de una familia aristocrática), aun cuando realmente nunca la amo como lo hacía por Camila.

Su historia es la de un hombre que, a diferencia de su madre, le es imposible aceptar estar casado con alguien que realmente no ama solo por el deber inherente a ser el futuro rey, y menos con una Diana que es diametralmente opuesto a el en todo sentido, tanto en personalidad como en popularidad (es curioso como a ella la quieren más que al futuro rey), prefiriendo desquitarse con ella de una forma que, aunque jamás llega a nada físico, si le genera un gran daño emocional. No se justifica las acciones de Carlos, y tampoco se santifica a Diana, a la que vemos como la infelicidad del matrimonio la lleva a sufrir bulimia, depresión y a tener amoríos, sino que se construye poco a poco la historia de una relación, y se muestra lo mas objetivamente posible porque la misma no funciono.

Con el príncipe Carlos, se evita representarlo como un simple villano en su relación con Diana, sino como alguien que no supo responder antes las limitaciones de la monarquía. Imagen de Netflix.

La forma en que se desarrollan a estos personajes es un ejemplo mas de la brillante forma en que trabaja The Crown, ya que, aunque realmente solo se nos muestran momentos puntuales de la vida de los personajes a lo largo de los años, se desarrollan momentos que nos dejan ver muy bien la personalidad de los personajes, y como estos influyen, o eventualmente influirán, en la reina, quien como bien señalan en la propia serie, es la figura central sobre la cual gira toda la trama.

Si tuviera que criticarle algo es que, aunque Margaret Thatcher y la princesa Diana son los personajes mas destacados de la temporada, aparecieron relativamente poco dado su importancia en la trama. Con Diana, al menos tenemos el consuelo de que, mínimo, saldrá una temporada más, donde seguro será el centro de la historia por su lucha con la familia real, pero con el de Thatcher, se siente que se pudo aprovechar mas su personaje, ya que esta temporada cubre todo el periodo en que ella fue Primera Ministra, y por lo tanto ya no debería salir más en el futuro.

Pero estos son detalles menores para una temporada tan sobresaliente como las anteriores, mas considerando que The Crown ha sentado las bases para lo que veremos en la quinta temporada, el punto en que la búsqueda de la reina Isabel II y de la familia real de proteger las tradiciones y su imagen, en su obsesión de evitar un escándalo y proteger a la monarquía, ha sentado las bases para el que será el mayor escándalo de su historia con Carlos y Diana, y que marcará un punto de inflexión en la historia de la monarquía británica. Si eres un verdadero amante de la historia, deseoso de conocer a fondo la vida de la familia real británica, y además buscas una serie que ha sabido cocer a fuego lento una trama y unos personajes a lo largo de 4 temporadas con un magnifico desarrollo de personajes, te recomendamos que veas The Crown, disponible en exclusiva en Netflix.

La cuarta temporada de The Crown es una magnifica continuación de una serie que ha sabido construir su trama y personajes.
Salir de la versión móvil