Avatar 2 – Una gran historia con un pésimo mensaje [Análisis]

Avatar 2 – Una gran historia con un pésimo mensaje [Análisis]
El siguiente artículo es el guión del video que puedes ver aquí.

Tras una larga, larga, en serio larga espera, finalmente tenemos entre nosotros a Avatar: A Way of Water (el sentido del agua en España, o el camino del agua en latinoamérica), la “esperada” secuela de la famosa película de 2009 dirigida por James Cameron, y que regresa con un ambicioso plan de presentarnos toda una nueva saga de películas ambientado en el mundo de Pandora.

Y aunque su calidad técnica es incuestionable, y nos trae una historia interesante, hay un par de detalles que me impiden considerar esta como la gran franquicia que James Cameron insiste que es, por lo que hoy les hablaré qué es lo que no me gusta de estas películas.

REGRESANDO A PANDORA

Varios años después de los sucesos de la primera película de Avatar, Jake Sully y Ney’tiri han continuado con sus vidas criando una familia, cuando repentinamente, la humanidad regresa a Pandora, junto a una antigua amenaza, forzando a los Sully a abandonar su hogar, para así explorar nuevas regiones del planeta.

Es inevitable hablar de Avatar 2 sin comenzar con el enorme espectáculo visual que representa la película, y es que la calidad de sus escenas por computadora y sus valores de producción son tan altos, que no solo se convierte en la mejor película (a nivel técnico) de todo 2022, sino una de las mejores en varios años, elevando el estándar gráfico y de calidad de las películas a un nuevo nivel, al grado de que Marvel debería estar avergonzada de la calidad visual de sus más recientes producciones.

Esto viene acompañado de una trama que, aunque no siento que sea innovadora, si es muy buena, siendo una trama de aventuras, de una familia descubriendo nuevos horizontes, buscando una forma de hacer frente unidos a una gran amenaza, de encontrar maneras de relacionarse en estos tiempos tan difíciles, mientras poco a poco, la antorcha del protagonismo va pasando a la nueva generación, representada por los hijos de Sully.

En mi caso, todo esto mejora cuando ves la película en una sala 3D, ya que al ser de las pocas hechas específicamente para este formato, aprovecha de muy buen modo sus virtudes, habiendo varios momentos en que genuinamente se sentía que los personajes se salían de la pantalla.

Dicho todo esto, no pretenderé en este video decir que la película sea mala, porque sería una exageración. Avatar: A Way of Water es, en todos los sentidos, una clase de espectáculo cinematográfico como pocas veces habíamos visto, un regreso al no tan lejano cine de hace 15 o 20 años, que nos sumergia en mundos impresionantes como el de Matrix, el Señor de los Anillos o el mundo de Harry Potter.

Pero aunque tiene virtudes innegables, siento que hay dos cosas que empañan, no solo esta película, sino a la franquicia en general, y a la insistencia de James Cameron de convertirla en algo a la par de Star Wars o Marvel: el pobre impacto cultural que Avatar ha tenido entre el público, y el mensaje simplista de su historia. 

Sobre lo primero, es innegable que es complicado medir con seguridad el “impacto cultural” de una obra, más cuando hablamos de Avatar, ya que no podemos olvidar que, a día de hoy, entre el estreno de 2009, y los varios reestrenos que ha tenido la película, está ha generado casi 3000 millones de dólares en taquilla, y la secuela, A Way of Water, ha generado poco más de 1000 millones de dólares al momento de escribir el guión de este video, por lo que es innegable que esta saga atrae al público.

Pero al mismo tiempo, siento que para que una obra tenga un “impacto cultural” verdadero en la sociedad, se necesita algo más que solo ser taquillero, se necesita convertirse en algo que impacte a las personas, que genere una sólida comunidad de fans, que no solo compren todo lo que salga de Avatar, sino que creen su propias obras basadas en el mundo de Avatar, y hasta la tomen de inspiración para crear sus propias historias originales.

Una forma indirecta de medir este impacto es ver la cantidad de cosas creadas en redes sociales alrededor de una obra. Si vamos con una de las más famosas, Star Wars, veremos que en páginas web como fanfiction.net o Archive of Our Own existen, solo sobre la saga creada por George Lucas, más de 58 mil relatos en la primera, y más de 200.000 mil relatos en la segunda, mientras que en páginas web como Deviantart existen más de 580.000 dibujos, y todo esto sin olvidar los miles de videos hablando, opinando, analizando o haciendo ensayos sobre esta saga, así como los cortos, tanto live action como animados, hechos por los fans.

Ahora comparemos con Avatar. En fanfiction.net solo alcanza los 1300 relatos hechos por fans, en Archive of Our Own apenas llega a poco menos de 530 relatos, en Deviantart las series animadas de La Leyenda de Aang y de Korra opacan por completo a la película de Cameron, al hacer una búsqueda solo con la palabra “Avatar”.

¿Existen fans de Avatar que genuinamente están enamorados del mundo creado por James Cameron? No lo dudo, pero para una película tan taquillera, que James Cameron ha tratado, por activa y por pasiva, en convertirla en uno de los eventos cinematográficos de la década, este impacto tan limitado entre los fans resulta muy llamativo, aunque no negaré que la historia todavía puede cambiar.

No en vano, no solo parte de la culpa de este limitado impacto lo tiene los casi 13 años que hay entre Avatar 1 y Avatar 2, sino que todavía falta que se consolide (o no) el éxito de esta secuela, que se estrene Avatar 3, y ver si los sueños de hacer Avatar del 4 al 9 se consiguen, para ver el alcance final de esta saga en la cultura popular.

Pero hasta que ese día llegue, siento que la falta de un mayor impacto cultural de Avatar sucede, en parte, por el otro gran problema que tengo con esta franquicia: un mensaje, o moraleja, que es simplista y casi infantil.

Esto sucede porque Avatar exagera en la representación de sus dos grandes grupos, haciendo a casi todos los humanos ridículamente malos, y a todos los Naʼvi ridículamente buenos.

James Cameron nos propone que la humanidad del año 2154, momento en que transcurre Avatar 1, que ha logrado enormes avances tecnologicos y cientificos, al grado de explorar el espacio y colonizar otros mundos, actúa como una versión de caricatura de los españoles colonizando el nuevo mundo, oprimiendo a las inocentes poblaciones indígenas que viven en perfecta paz y armonía, aderezandolo con una crítica, nada sutil, a la moderna sociedad consumista y capitalista del siglo XXI, por cómo destruye el medio ambiente sin ninguna clase de consideración. 

Por el otro lado, los Naʼvi son una amalgama de varias poblaciones indígenas de la vida real, solo que, gracias a su biología única, están en perfecta armonía con la naturaleza, viviendo en paz sin destruir su medio ambiente, en estrecha conexión con los demás seres vivos de Pandora, casi como si fueran los descendientes de Adán y Eva viviendo en el paraíso, sin conocer realmente lo que es el pecado o la maldad. 

Avatar, tanto la película de 2009 como la secuela de 2022, se siente como si fuera hecha bajo un complejo de culpa colonial, tildando todo lo que haya salido de la moderna sociedad occidental, así como su tecnología y ciencia, como algo perverso, que se sustenta únicamente en el sufrimiento ajeno y la destrucción absoluta, presentando a los indígenas (que a efectos prácticos, eso son los Naʼvi) como seres perfectos, que han sufrido únicamente por la egoísta intervención occidental.

Y esto último es lo que particularmente no me gusta. Asumida la analogía de que los Naʼvi son una representación de cualquier poblacion indigena de la vida real, la saga asume que por el mero hecho de ser indígenas en la naturaleza estos, por definición, son perfectos, como si el vivir alejados de la civilización occidental los hiciera más inocentes, puros, incapaces de cometer maldades o destruir el medio ambiente.

La realidad es que, los indígenas en que se basan los Naʼvi son seres humanos, capaces de cometer los mismos pecados que cualquier otro ser humano, por lo que pueden actuar por egoísmo, envidia, ambición, gloria o riqueza.

Por ejemplo, la conquista del Imperio Azteca por parte de Hernan Cortes es recordada por Hollywood como el acto de un enorme grupo de violentos españoles, bien armados, contra unos inocentes indígenas, cuando la realidad es que los pocos españoles que llegaron a lo que hoy es México, unieron a las distintas poblaciones indígenas conquistadas por los aztecas, para así luchar contra un Imperio que, no solo los oprimía, sino que cometía sacrificios humanos, para luego crear muros de cabezas decapitadas empaladas en honor a sus dioses

Otro ejemplo lo tenemos en la Isla de Pascua, famosa por sus estatuas conocidas como “moáis”, donde la poblacion indigena, en el proceso de construir su civilización con madera, termino deforestando al completo la isla, llevando a una época de guerra y violencia, hasta que los que sobrevivieron pudieron adaptarse a vivir en una isla sin madera (hasta que llegaron los europeos).

Por esto es que no considero nada realista la forma en que Avatar presenta a los Naʼvi, ya que James Cameron embellece en exceso a estos alienígenas azules, a un grado que ninguna población indigena ha tenido nunca en la vida real, para que así, bajo ningún concepto, no podamos hacer nada que no sea empatizar con los Naʼvi.

En cambio, los humanos de Avatar actúan como si décadas de conciencia ambiental, de enfrentar el impacto del cambio climático, y un mayor respeto a otras culturas no hubieran sucedido nunca, como si todos los que van a Pandora fueran la versión hollywoodense de españoles salidos directamente de la edad media, matando a todos los indígenas que encuentran, para extraer todos los recursos naturales, porque obviamente la humanidad del siglo 22 no aprendió nada de la mala idea que es no pensar un poco en cuidar el medio ambiente, y tratar con un mínimo de respeto a otras culturas.

No pido que James Cameron haga malos a los Naʼvi, ya que es innegable que aquí las víctimas son ellos, al ser su planeta invadido por humanos que buscan extraer sus recursos naturales, les guste o no a los Naʼvi, pero si pido más matices.

Por ejemplo, lo minimo que podria hacer es no envilecer tanto a la humanidad, y en vez de mostrar a casi todos los humanos como seres despreciables que destruyen Pandora por dinero, hacer más énfasis en cómo la humanidad necesita los recursos de este planeta para sobrevivir, mostrando un poco mas de como es la situación en la tierra, para así ver que estas personas están en Pandora para asegurar el futuro de la humanidad y que, por desesperación, tratan sin piedad a los Naʼvi para tener control de estos necesarios recursos.

Por el otro lado, las películas podrían hacer más énfasis en que los Naʼvi no son seres casi perfectos solo por su armonía con la naturaleza, que también hay luchas entre ellos, visiones diferentes sobre qué hacer ante la invasión, con algunos limitándose a rendirse y colaborar, otros luchando a muerte para defender su mundo, y unos pocos tratando de alcanzar una convivencia pacífica con la humanidad.

En este sentido, podrían usar como ejemplo lo que sucede en Avatar, la serie animada de Nickelodeon. En la Leyenda de Aang y de Korra, vemos 4 naciones que pueden usar los elementos de la naturaleza a su favor: la nación del Fuego, el reino Tierra, la tribu Agua y los nómadas del Aire. 

Aunque todos comparten el poder de usar los elementos de la naturaleza, cada uno se diferencia en su forma de gobierno, cultura y tradiciones, y aunque la trama deja en claro quienes son los malos y los héroes, hay lugar para los matices. No todos en la nación del fuego son violentos conquistadores, y no todos en la tribu agua o reino tierra son unos héroes por la libertad.

Esta es la gran falla del Avatar de James Cameron, el no darnos matices que permitan crear un mundo interesante, más allá de la historia de Jake Sully y su familia, que nos permitan disfrutar de la trama de los Sully, sin sentir que el resto de la película es un constante regaño que no ofrece soluciones reales, y que pretende hacernos sentir mal por no vivir como los Naʼvi.

Y al ver que James Cameron busca crear no una trilogía de Avatar y ya, sino llegar a por lo menos hasta Avatar 6 o 9, si es que la taquilla lo permite, siento que esa falta de matices se irá volviendo peor.

Para que una película pueda expandirse y ser algo más grande, su mundo tiene que brindar la oportunidad de contar otras historias, ajenas a la trama original que dio origen a todo. 

Por ejemplo, Star Wars, fuera de sus 9 películas principales, tiene una enorme diversidad de historias, que pueden centrarse en cosas como la acción, aventura, drama, política, espionaje, e incluso el terror, y lo mismo pasa con las películas de Marvel, que en un solo universo cinematográfico, tiene tramas serias como Captain America: The Winter Soldier o Black Panther, hasta historias más cómicas o relajadas como Thor: Love and Thunder o Ms. Marvel.

Eso no lo veo posible en Avatar de momento. Los Naʼvi, pese a la riqueza con que James Cameron y su equipo han construido a las dos poblaciones mostradas hasta ahora en las películas, no siento que puedan sustentar un trama fuera de su conflicto con los humanos, y estos, sin su deseo de conquistar Pandora, serían sólo una sociedad genérica futurista en decadencia mas, sin nada que le haga destacar.

CONCLUSIÓN

Como dije al inicio del video, Avatar: A Way of Water, es una película que genuinamente disfrute ya que, aunque su trama no es ni de lejos innovadora, y trae algunas propuestas que rozan lo forzado (el villano, por ejemplo), en una historia de aventura y de superación brillante, que está rodeada de una calidad visual que no solo ha creado un nuevo estándar, sino que deja en la más absoluta humillación cualquier cosa que haya hecho Marvel en los últimos años. 

Con esto, nunca he tenido la pretensión de decir que la película sea mala, todo lo contrario, James Cameron nos da la garantía de 3 horas de uno de los mejores espectáculos visuales que podamos ver en un cine (preferiblemente IMAX o en 3D).

Pero pese a esto, Avatar siempre me ha dejado un ligero malestar, ya que considero que le deberíamos exigir a la película más taquillera de la historia, la que ha marcado un nuevo estándar visual y tecnológico, una trama y, más importante aún, un mundo, mucho más complejo de lo que nos ha ofrecido.

Y la realidad es que el universo de Avatar de James Cameron es demasiado simplista, infantil, sin matices, lanzando críticas a la moderna sociedad humana, que actúa más como un imperio colonizador del siglo XV, que una futurista sociedad del siglo XXII, embelleciendo de forma exagerada la vida de los Naʼvi, al tiempo que realmente no nos da ninguna solución o propuesta real.

Cuando el Avatar de Nickelodeon nos da dos series animadas, la Leyenda de Aang y la Leyenda de Korra, que pese a ser series para todo público, nos da un mundo que se siente mucho más complejo y realista que el Avatar de James Cameron, no puedo sino pensar que este tiene que dejar de priorizar solo el apartado técnico, y centrarse un poquito en el argumental, más si planea lanzar 7 películas más de 3 horas o más cada una.