Black Panther: Wakanda Forever – ¿A la altura del original? – [Análisis]
Luego de películas como Thor: Love and Thunder y Doctor Strange en el Multiverso de la Locura, que fueron menos impactantes de lo que muchos esperábamos, Marvel nos ha traído Black Panther: Wakanda Forever, secuela de la primera película que vio la luz en 2018.
Y el reto para esta ocasión no era sencillo, ya que no solo debían mantener y superar el listón que dejó la primera película, considerada por muchos como una de las mejores de todo el universo cinematográfico de Marvel, sino que tenían que hacerlo sin Chadwick Boseman, el carismático actor que dio vida al rey T’Challa y que falleció en 2020.
Con su repentina partida, todos los planes para esta película tuvieron que ser replanteados, por lo que el dia de hoy les daré mis impresiones, para saber si Wakanda Forever logra cumplir las expectativas y ser una digna secuela, o si por el contrario, cae víctima de las expectativas, como otras películas de la fase 4 de Marvel.
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ELIGIENDO TU DESTINO (OTRA VEZ)
El rey T’Challa ha muerto, por lo que ante la ausencia del Black Panther que protege a Wakanda, la reina Ramonda y Shuri deberán luchar junto a sus aliados para proteger a su nación de la injerencia de las potencias extranjeras, ansiosas de obtener el vibranium en medio del momento de mayor debilidad del reino. Pero mientras Wakanda trata de adaptarse a esta era de incertidumbre, surge una nueva y desconocida amenaza de parte de la secreta nación submarina de Talokan, liderada por su rey, Namor, que no tendrá piedad ante nadie que considere una amenaza para su pueblo.
Un problema que Marvel tiene en la mayoría de sus producciones, es la falta de compromiso con el riesgo, de presentarnos tramas que genuinamente nos haga reflexionar y pensar más allá del par de horas que dure la película de turno.
Por ejemplo, para no irnos con producciones que sean mucho más directas en cuanto a sus temas, tenemos cintas como La Venganza de los Sith en Star Wars, que nos muestra lo fácil que una democracia puede convertirse en una dictadura imperial, o como los héroes no siempre ganan, mientras que en The Dark Knight se nos muestra lo fácil que el orden de la sociedad se puede derrumbar ante actos de terror, los límites que genera el actuar dentro de la ley, así como los peligros que hay al caer en extremos para luchar contra el terrorismo.
Por desgracia en Marvel, en su búsqueda de agradar a todo el mundo al mismo tiempo, prefiere tramas mucho más sencillas, centradas en la acción y el humor que no genere polémicas, que en tramas con algún tipo de mensaje reflexivo, y en caso de haber, generalmente tiende a ser uno muy diluido, apenas tocado por encima, suficiente para saber que está ahí y es mencionado, pero poco más.
Esto pasó con el tema del racismo en esa serie que no me gusto para nada llamada Falcon and the Winter Soldier, o la discriminacion que pueden sufrir los musulmanes en occidente que vimos en Ms. Marvel.
Pero eso no significa que el UCM no tenga buenos ejemplos de este tipo de tramas, ya que hay dos películas que lograron el punto perfecto entre darnos un mensaje, con la acción, comedia y comics típicos de Marvel. La primera sería Captain America and the Winter Soldier de 2014, por como crítica cuantos derechos y libertades sacrificamos en nombre de la seguridad y, como podrán adivinar, Black Panther de 2018.
Esta película nos presentaba la nación de Wakanda, la nación más avanzada del mundo gracias al vibranium, un poderoso metal capaz de muchas maravillas, que escondía su progreso del mundo, temerosa de que el resto de naciones los persiguiera en búsqueda de sus recursos naturales, así como desconfiada por el racismo y persecución que las personas de color han sufrido a lo largo de la historia, debiendo elegir si finalmente revelarse ante el mundo, o iniciar una campaña de conquista aprovechando su superioridad tecnológica.
Como soy de Venezuela, una nación rica en petróleo, que enfrentó el mismo debate de cómo usar nuestros recursos naturales, temerosa de que las naciones extranjeras abusaran de nuestro país para obtenerlo, qué busco cómo usar estos recursos para el beneficio de nuestro pueblo y nuestros vecinos, y que pese a hacerlo razonablemente bien durante bastante tiempo, vimos cómo todo se fue al diablo en el último par de décadas, me encanto el mensaje de Black Panther, que sentí como uno muy coherente y bien presentado.
Y Wakanda Forever siento mantiene el mismo espíritu, ya que ahora, con Wakanda habiendo relevado al mundo su verdadera riqueza en Vibranium, y la superioridad tecnológica que esto genera, vive perseguida por las potencias mundiales, que ansían tener acceso al vibranium en nombre de la “seguridad”, para “evitar” que puedan ser convertidas en armas, en una actitud que no esconde para nada sus verdaderas intenciones.
Puede que la película peque un poco de demasiado obvio en cómo las potencias occidentales quieren monopolizar el recurso para hacer armas, o que se note mucho como hay países a los que no quieren ofender (nadie que conozca el gobierno Chino se cree que ellos no serían los primeros queriendo controlar el vibranium), pero sirve muy bien para dar contexto a la trama, y centrarnos en el verdadero eje del conflicto de Wakanda Forever.
Para esta ocasión, Marvel nos introduce una nueva nación secreta, Talokan, gobernada por su misterioso rey conocido como Namor que, con sus similitudes y diferencias con Wakanda, sirve como el contrario a la nación africana.
Wakanda se nos muestra como un país que, pese a sus temores y sana desconfianza completamente justificada, trata de mantenerse fiel a la política del difunto rey T’Challa, buscando ser un poco más abierto al mundo y teniendo un papel más activo en él, en pos de ayudar a mejorarlo mediante un poco más de colaboración, entendimiento y respeto.
Talokan, que también tiene acceso al vibranium, y a las maravillas científicas y tecnológicas que esto conlleva, fue por un camino contrario, luchando durante siglos para vivir en absoluto aislamiento, manteniendo su mera existencia en secreto del resto del mundo, entrando en guerra contra Wakanda, al considerarla culpable de que, con sus políticas de apertura al mundo, que han generado celos y desconfianza en las demás naciones que ahora ansían encontrar vibranium fuera del control de Wakanda, estén a punto de descubrir la existencia de Talokan y ponerla en riesgo.
El colonialismo, el imperialismo y la discriminación que han marcado a muchos pueblos a lo largo de los siglos, como consecuencia de la búsqueda incansable de las potencias de recursos naturales, sin importar el costo para los pueblos locales, y la respuesta que Wakanda y Talokan dan a estos dilemas, son el eje central del gran conflicto que guía a la película.
Parte de la magia que hace funcionar esto consiste en, más allá de la política o diferencias culturales, en mostrar las enormes similitudes que hay entre Wakanda y Talokan, que hacen más trágico el enfrentamiento, ya que no es el resultado del odio, de la incapacidad de entenderse, o siquiera de que unos sean héroes y otros villanos, sino de las diferencias que surgen al no aceptar la visión del otro de cuál es su rol ante el mundo: integrarse y cooperar, o aislarse en las sombras.
Para lograr esto, Marvel nos presenta una Talokan con un diseño inspirado en los Aztecas y su cultura, al cual dedican bastante tiempo en pantalla, permitiéndonos ver a las dos grandes naciones de la cinta, veamos las enormes similitudes entre ambos, y entendamos la tragedia que es su enfrentamiento.
Y aunque generalmente Marvel es tan fiel a los cómics cómo es posible en sus películas, esta ocasión representa una de las pocas veces en que tienen que hacer cambios de importancia al trasfondo de un personaje, ya que Namor originalmente era el rey de Atlantis en los cómics, por lo que su transformación de una ciudad de la mitología griega, a una inspirada en la mitología azteca, tiene una sola explicación: evitar cualquier comparación a la Atlantis de la película de Aquaman de 2018 protagonizada por Jason Momoa, en un movimiento que no solo es curioso, dado que Namor fue creado en 1939, antes que Aquaman en 1941, sino porque es de las pocas veces que DC le gana a Marvel a la hora de adaptar cosas similares en pantalla.
Pese a que son meros cambios estéticos, ya que no cambia que tanto Atlantis como Talokan son reinos secretos bajo el agua, no solo funcionan, sino que nos da una pequeña visión a una cultura que normalmente no vemos en esta clase de producciones. Y aunque esto implicó cambiar bastante el origen de los cómics, evitaron que les pasara lo que le sucedió a Doctor Fate en Black Adam: que el público general piense que es una copia (en ese caso de Doctor Strange).
Pero si algo destaca, por encima de todo, en Wakanda Forever, es el homenaje que hicieron a Chadwick Boseman. La película entera se siente como un gran tributo al actor y su personaje ya que, al no reemplazarlo, integraron en la trama la muerte T’Challa, siendo en gran medida, una película donde los personajes lidian con la pérdida del rey de Wakanda.
Y aunque la película está repleta de un reparto de actores secundarios que hacen un gran trabajo, y que nos permiten ubicar a Black Panther como una de las cintas de Marvel con mejores actuaciones del estudio, hay dos que quiero destacar.
La primera es la gran protagonista de la película, Shuri, hermana de T’Challa, que vuelve a ser interpretada por Letitia Wright, cuyo personaje debe lidiar con la muerte de su hermano, y él como ahora recae en ella la labor de proteger y defender a Wakanda como la nueva Black Panther.
Aunque en general me encanto el personaje y su actuación, dándonos grandes momentos en que vemos como ella lidia con la amenaza de Namor y su luto por su hermano, siento que su personaje es donde vemos la mayor limitación de la película.
La trama de Shuri es la de alguien que vio morir repentinamente a su hermano, el rey, que se siente responsable por no haber hecho más por salvarlo, que debe lidiar ahora con la responsabilidad de liderar a su gente y proteger a su reino, que tiene que asumir un legado y un manto, y encontrar la forma de hacerlo suyo para liderar a Wakanda de la forma que considere correcta.
El problema no es que sea una mala idea, todo lo contrario, funciona y, al menos para mi gusto, Letitia Wright nos da grandes momentos. Lo malo, es que básicamente es reciclar los mismos temas de la película original que ya trataron con el personaje de T’Challa, por lo que Wakanda Forever se siente como si, a nivel temático, solo se estuviera repitiendo algo que ya fue tratado antes.
Pero aunque es un problema, este es uno que podemos perdonar, ya que siento que es la mejor opción que pudieron tomar, dado la repentinamente muerte de Chadwick Boseman, que cambió por completo los planes de Marvel, siendo una solución mucho más elegante, satisfactoria y con mejores resultados que, por ejemplo, la que tomó Lucasfilm con la general Leia en Rise of Skywalker, mi eterno ejemplo de que no hacer en una película donde, aunque Carrie Fisher no era la actriz principal, si tenía un rol lo suficientemente importante para que, al fallecer, forzará cambiar (para mal) la historia de la película.
El otro gran personaje de Wakanda Forever, que se convirtió en uno de mis favoritos, es Namor, interpretado por Tenoch Huerta.
Y es que, si en algo tiene tendencia Marvel es tratar mal a sus villanos, siendo muchas veces malos porque sí, que solo destacan en ser contrarios en algo al héroe de turno, y que mueren al final de la película que los presenta, o directamente son personajes incomprendidos que se redimen al final, siendo muy pocos los antagonistas que cuenten con un buen desarrollo.
Namor se une a esta exclusiva lista, siendo un personaje con un buen trasfondo, al no ser un simple villano que quiere conquistar el mundo porque sí, sino alguien que quiere proteger a su reino y a su gente de la amenaza del mundo exterior, que considera a Wakanda directamente responsable de que Talokan esté en peligro, y que decide hacerle la guerra a la nación africana y al mundo, como única forma que él concibe de proteger a su gente de la amenaza externa.
La historia no nos muestra Namor como alguien necesariamente malo, al contrario, es alguien que cuida a su pueblo, que genuinamente le quiere y adora, siendo un líder para su gente con el cual podemos empatizar, que solo difiere de Shuri y de Wakanda en la forma en que ven el mundo exterior, por lo que no diría que sea un villano, sino un antagonista que no cree en las decisiones de los protagonistas, y que no necesariamente esté equivocado en todo lo que dice.
En cierta manera, Namor es un héroe para su gente, alguien que hace el bien dentro de la forma en que él ve el mundo, y son las diferencias que eso puede generar con los demás héroes del UCM, lo que nos deja a uno de los antagonistas con más potencial que he visto en Marvel en años.
Mención aparte tengo para Riri Williams, personaje de los cómics creado apenas en 2016, y que tiene su gran entrada al UCM en Wakanda Forever, interpretada por Dominique Thorne.
Como alguien que leyó los cómics donde ella hizo su aparición, y que jamás pensé verla tan pronto adaptada fuera de estos, me emocionó verla en pantalla, ya que tiene algunos momentos muy buenos, como cuando usa su armadura, o demuestra lo ridículamente brillante que ella es.
Lo malo es que su presencia en la trama decae muy rápidamente hasta casi caer en la irrelevancia, al grado de pensar de que su papel, en cierto momento clave de la historia, lo pudo hacer un personaje anónimo, y que su presencia en la batalla final es tan innecesaria, que si la hubieran omitido no se sentiría su ausencia. Pero, aunque su papel en Wakanda Forever se limita ser una mera presentación, si me deja con ganas de ver qué harán con ella en su serie para Disney Plus, Ironheart.
EFECTOS ESPECIALES
En el apartado visual, la película me dejó en tierra de nadie. A nivel de diseño y fotografía, salí más satisfecho que con Doctor Strange 2 y Thor Love and Thunder, especialmente el primero.
Pero al mismo tiempo, siento que cae en los mismos errores que han caracterizado a la fase 4 de Marvel: efectos especiales que lucen más apresurados y menos impactantes, con muchos momentos donde casi puedo ver el cartón de los pequeños y cerrados escenarios donde filmaron, y que me deja la sensación de que la Wakanda de la primera película de Black Panther lucía mejor que en su secuela.
El resultado final, aunque no me disgusta, sigue demostrando que algo ha cambiado para mal en el apartado visual del estudio, que les hace lucir más baratas y sencillas que en en las primeras fases del UCM.
CONCLUSIONES
En cualquier caso, Black Panther: Wakanda Forever es una película que está marcada por la trágica muerte de Chadwick Boseman, que forzó al estudio a un cambio en sus planes para esta licencia, en una trama que, ante la necesidad de presentar a un nuevo Black Panther, mucho antes de lo que nadie hubiera deseado, se ve forzada a hacer un reciclaje temático que le hace demasiado similar a la cinta original.
Pero esta limitación, aunque le resta brillo a una película que no supera a la original, permite solventar la muerte de su actor principal de forma bastante satisfactoria, sintiéndose no sólo como la mejor opción posible, dado la situación y tiempos que tenían para la película, sino como un gran homenaje al actor que le dio vida a este personaje, en una trama que logra ser una digna secuela que alegrará a cualquiera que haya disfrutado la original.
También nos recuerda la creciente urgencia que tiene Marvel de revisar el acabado final de sus películas, ya que es la tercera seguida del estudio que siento se le nota más acartonada y falsa en sus escenarios y efectos especiales, demostrando que, o el impacto de la pandemia golpeó a Marvel más duro de lo que nadie pensaba, o que realizar tantas películas y series para Disney Plus al mismo tiempo está llevando las capacidades de Marvel a su límite.
Licenciado de Estudios Liberales de la Universidad Metropolitana de Venezuela. Me especializo en blogging, SEO y Analítica Web, además de ser un gran fanático de los videojuegos, el cine, el anime y los cómics.