Death Note: un intento de Netflix de adaptar una obra maestra

Death Note: un intento de Netflix de adaptar una obra maestra

Death Note se convierte en el nuevo intento de Hollywood de adaptar una obra japonesa al público occidental.



Death Note Light Nat Wolff

Hace varios años yo tuve mi primer contacto con esta historia, cuando vi el anime de Death Note en Animax de Latinoamerica, y quede encantado por esta historia y su excelente doblaje, que combinaba magistralmente una trama sobrenatural con una trama detectivesca e intelectual, y el cual considere como uno de los mejores animes que he visto.

La fama de esta serie, cuya historia original proviene de un manga publicado por la editorial Shūeisha, y que fue escrita por Tsugumi Ōba e ilustrada por Takeshi Obata, llevó a que fuese adaptada a varias películas de imagen real, hechas en Japón (que realmente no he tenido la oportunidad de ver). Por esto, cuando recientemente descubrí que Netflix planeaba estrenar su propia adaptación de esta historia, me emocioné. Considere que, dado las buenas películas y series que Netflix ya ha mostrado en el pasado, y que he disfrutado mucho, daría lugar a una adaptación occidental de Death Note que, por lo menos, seria entretenida y de gran calidad. Lastimosamente, esta película de Netflix es un ejemplo de que no siempre las cosas le salen bien.

Death Note, L, Light Yagami, Soichiro Yagami, Tota Matsuda, Shuichi Aizawa
La Lucha (ética y detectivesca) entre Light Yagami y «L» se convierte en el centro de la historia de Death Note.

Pero vamos por partes. La historia original del anime nos presenta a Light Yagami, un estudiante brillante de secundaria en Japón, que un día se encuentra con un cuaderno, tirado en el piso, llamado “Death Note”, el cual descubre que es capaz de matar a las personas con solo escribir su nombre, mientras visualiza mentalmente su rostro; con este poder en mano, Light se propone a eliminar a todos los criminales, y a convertirse en el dios de un nuevo mundo sin maldad (bajo la identidad de Kira). Pero rápidamente ve como el famoso detective conocido solo por el nombre de “L” se propone a detenerlo. La idea detrás del “Death Note”, que pertenece a un “dios de la muerte” (conocidos como shinigami en la mitología japonesa) llamado Ryuk (quien por aburrimiento le da su Death Note a Light) hace que esta historia parta de una premisa sobrenatural, y será algo presente a lo largo de la obra; pero por lo que realmente me encanto esta serie, y lo considere brillante en su momento, fue por el debate ético entre el “fin justifica los medios” con el que Light, indiscriminadamente, creyó tener el derecho de decidir, el solo, el matar a todo el que considerase un “criminal”, contra el ideal de justicia de “L” que creía en “el fin NO justifica los medios”, y que, por definición, no podía aceptar los métodos asesinos de un criminal como Kira; adicionalmente, la lucha intelectual entre Light y “L”, la trama detectivesca de engaños, mentiras y conspiraciones entre uno y otro, para atrapar y detener (o matar, en el caso de Light) al contrario, fue lo mejor de la historia de este anime, y lo hace que, a día de hoy, siga recordando como una de esas grandes historias que visto.



Por el lado contrario, tenemos la película hecha por Netflix (dirigida por Adam Wingard), que decidió abandonar la ambientación original en Japón, y adaptar la historia para ubicarla en Estados Unidos, y hacerla acorde, y mas cercana, al público occidental. De esta forma, vemos como Light Yagami se convierte en Light Turner (interpretado por Nat Wolff) y “L” ahora es un afroamericano (interpretado por Lakeith Stanfield).

Death Note Lakeith Stanfield L
«L» interpretado por Lakeith Stanfield

Pero el problema de esta obra no está en la occidentalización de los personajes; es más, Stanfield logra con sus movimientos imitar a la perfección el comportamiento introvertido y excéntrico de “L” en el anime. El problema surge en que el libreto (escrito por Charles Parlapanides, Vlas Parlapanides y Jeremy Slater) desconoce por completo la historia de la que se basa. Light, más que un genio decidido a cambiar el mundo, parece un tonto que apenas si sabe usar el Death Note, y que está más pendiente de usar este increíble poder para impresionar a su novia porrista, Mia Sutton (Misa Amane en la historia original e interpretada por Margaret Qualley), que, además, pasó de ser la enamorada y manipulable del idol del anime, a una chica que parece que tiene el intelecto y voluntad que el Light occidental no tiene; y lo peor viene con “L”, que pasó de ser el genio introvertido, capaz de mantener la calma en cualquier situación y crear grandes y complejos planes para atrapar a Light, a un joven que no sigue sus propias reglas para protegerse de los poderes de Kira y que pierde la calma que lo caracteriza, o Ryuk, que aunque la voz de Willem Dafoe le queda magnífica, casi no sale en la película, y cuando lo hace, apenas si se le ve el rostro.

Death Note Nat Wolff Margaret Qualley Mia Sutton
Mia Sutton (interpretada por Mia Sutton) y Light Turner (interpretado por Nat Wolff)

Death Note de Netflix es un ejemplo más de un éxito de crítica del anime japonés, que una empresa occidental ve como una forma fácil de hacer una película, que termina siendo destrozada por la critica y los fans. Su pecado no es el trabajo de dirección o fotografía, que personalmente me gusto, y su historia, si no conoces nada de Death Note, te da para una 1 hora y 40 minutos (algo corto para adaptar una serie anime de 37 episodios) para entretenerte sin complicaciones; su pecado viene de realizar un pésimo (por decirlo suavemente) trabajo a la hora de mantenerse fiel al espíritu original de la obra y, más importante aún, sus personajes. El debate ético y la lucha intelectual a lo Sherlock Holmes vs el Dr. Moriarty, que fue el centro de lo que hizo grande al anime de Death Note brilla por su ausencia en esta adaptación, y cuando aparece, se ve tan suavizado y simplificado, que no se compara en nada a la trama original. Demuestra que en Hollywood, siguen obsesionados con que el público occidental es incapaz de disfrutar tramas complejas, que te dejen un debate ético o filosófico, o que al menos, te haga pensar, y por el contrario, se mantiene fiel a la idea de simplificar tanto una trama japonesa, cuya gracia es precisamente su complejidad, que termina matando por completo toda señal de identidad de la fuente original. Es un ejemplo más de cómo se nos venden tramas sin complicación alguna, que pasan sin pena o gloria (o en este caso más que nada pena) ante el público.

Si no sabes absolutamente nada de Death Note, y no planeas ver el anime o manga original, puede que esta historia te dé una excusa para pasar el rato. Si eres como yo, que disfrutaste la historia original, detestaras por completo está mal llamada adaptación. En The Digital Questioner le damos un 6 de 10 de puntuación.

Trailer subtitulado al español

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