El embargo a Cuba y Donald Trump: ¿mas de lo mismo?

El embargo a Cuba y Donald Trump: ¿mas de lo mismo?



El pasado 16 de junio, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con la frase «los días de la política de Obama hacia Cuba se acabaron”, anunció un endurecimiento parcial de la política estadounidense hacia Cuba, poniendo un alto al deshielo iniciado por Barack Obama. Pero esta «nueva» política de Trump ¿tendrá éxito en traer democracia al pueblo cubano?

El embargo estadounidense hacia Cuba tuvo sus inicios en Octubre de 1961, durante el gobierno de Dwight D. Eisenhower, como una respuesta a las expropiaciones que el nuevo gobierno revolucionario de Cuba hizo contra las propiedades de empresas y ciudadanos estadounidenses, que con el paso de las décadas se endureció hasta ser un embargo casi total en el comercio e inversiones entre Estados Unidos y Cuba. La logica del embargo no fue solo el de un mero castigo por estas expropiaciones, sino que fue una medida de presión contra un gobierno no solo comunista, sino hostil contra los intereses estadounidenses, y para obligar al régimen cubano a restaurar la democracia y respetar los Derechos Humanos al asfixiar económicamente al régimen de los Castro, siendo estas exigencias y medidas las que adquieran carácter legal cuando el embargo fue convertido en ley en 1992 por el Congreso de EE.UU.

Dwight Eisenhower, President USA, Presidente de EE.UU.
El embargo a Cuba, iniciado por Eisenhower, ha sobrevivido a 12 Presidentes de Estados Unidos. Fuente: Infrogmation of New Orleans

Pero Cuba logró evitar el impacto inicial del embargo del que era su principal socio comercial, al reemplazarlo con la URSS y los países del bloque comunista, que en el contexto de la Guerra Fría, estaban interesados en tener un aliado tan cercano a las costas de su principal enemigo: los Estados Unidos. Aunque con el fin de la Guerra Fría y la caída de la URSS, Cuba sufrió una grave crisis económica, el rechazo internacional hacia el embargo, que solo fue creciendo con los años (evidenciándose en las reiteradas resoluciones de la Asamblea General de la ONU pidiendo su fin), y la eventual llegada de Hugo Chávez al poder en Venezuela (que convirtieron a dicho país en uno de los principales socios de Cuba), convirtieron el embargo en una forma de presión que no surtía efecto en su supuesto propósito de restaurar la democracia en la isla. Poco menos de 57 años de embargo estadounidense han demostrado que un embargo unilateral de un solo país, por mas grande e importante que sea, no tiene efecto si el resto del mundo no lo apoya y sigue teniendo lazos diplomáticos y comerciales con Cuba.



De ahí la importancia de las medidas anunciadas por Barack Obama y Raúl Castro el 17 de diciembre de 2014. Aunque Obama no podía eliminar el embargo por completo, ya que solo el Congreso estadounidense puede hacer eso por el carácter legal del mismo, sirvió como unos primeros pasos necesarios para reconocer, que seguir insistiendo en una misma política que lleva mas de medio siglo sin dar frutos era una locura, y que era hora de aplicar una nueva estrategia, que solo una presencia de Estados Unidos en la isla, producto del intercambio comercial y cultural, tenían mas posibilidades de mejorar la calidad de vida de los cubanos y, posiblemente algun dia, restaurar la democracia, que simplemente cerrarles las puertas en una política que, sin el apoyo unánime de todos los países del mundo (algo que jamás ha logrado Estados Unidos ni siquiera con Corea del Norte, y menos aún con Cuba), está condenada a fracasar, mas aun cuando se hace evidente la hipocresía de hacer embargo total a un dictadura comunista como la cubana, cuando los propios Estados Unidos comercia normalmente con otras dictaduras comunistas como las de Vietnam y, especialmente, China. Entre las principales medidas que en su momento promovió Barack Obama están:

  • Estados Unidos volvió a abrir  una embajada en La Habana, y Cuba hizo lo propio en Washington D.C.
  • Se amplió el número de categorías de viajeros estadounidenses hacia Cuba.
  • Se cuadriplicó la cantidad de dinero que los exiliados cubanos en EE.UU. pueden enviar a la isla.
  • Los bancos cubanos pueden abrir cuentas en EE.UU.
  • Las cuentas bancarias de ciudadanos cubanos que viven en la isla congeladas en EE.UU. se desbloquearon.
  • Cuba fue retirado de la lista de países promotores del terrorismo.
  • En enero de 2017, en sus últimos días de gobierno, Obama elimino la politica de «pies secos, pies mojados» que permitía a los cubanos residir legalmente en EE.UU. si lograban poner un pie en el país.
Barack Obama, US President, Presidente de EE.UU
Barack Obama comenzó el deshielo con Cuba al, entre otras medidas, reabrir la Embajada de EE.UU. en La Habana. Fuente: Nick Knupffer

Pero con la llegada de Donald Trump a la oficina Oval, luego de una campaña electoral plagada de críticas hacia la apertura con Cuba, no fue sorpresa que, finalmente, en junio de este año, diera sus primeras medidas para detener el proceso de apertura, adoptando un discurso crítico con el régimen cubano, dejando en claro que no habria mas concesiones unilaterales ni negociaciones de Estados Unidos con Cuba, mientras el régimen cubano no empezará a mostrar respeto por las libertades y derechos democráticos de sus ciudadanos. El Mundo de España no trae esta cita que ejemplifica muy bien el discurso de Trump:

«Una Cuba libre es lo que vamos a lograr pronto», dijo Trump en un discurso muy aplaudido en el teatro Manuel Artime de Miami, en presencia de veteranos de la invasión de la Bahía de Cochinos y disidentes cubanos. «El año pasado, os prometí ser una voz contra la represión y una voz por la libertad del pueblo cubano. Salieron y votaron. Y aquí estoy, como prometí», añadió el presidente.

Donald Trump, US President, President EE.UU.
El Presidente Donald Trump criticó el deshielo de Obama con Cuba, y revirtió alguna de sus medidas en junio de 2017. Fuente: IIP Photo Archive

Pero aunque su discurso está plagado de críticas a lo realizado por Obama, la apertura en sí, y especialmente, al gobierno de Raúl Castro, lo que al final observamos es una política que reconoce el peso de la realidad del fracaso de Estados Unidos de aislar al régimen cubano, y aunque detiene el deshielo con el régimen cubano, no abandona por completo todo lo hecho por Obama. Donald Trump, en su política hacia Cuba, limitará los viajes por concepto educativo de los estadounidenses hacia Cuba (sin tocar a los cubano-americanos que conforman al grueso de este grupo), impone una lista de cambios que el gobierno cubano debe cumplir para cualquier futura negociación, y prohíbe hacer negocios con las empresas bajo control de GAESA, conglomerado de las Fuerzas Armadas cubanas que controlan gran parte de la economía de la isla, pero no afectará las embajadas de Estados Unidos y Cuba en La Habana y Washington D.C. (aunque Trump no nombrara embajador), los vuelos regulares y cruceros a la isla seguirán, no regresara la política de «pies secos, pies mojados», Cuba no regresará a la lista de países patrocinadores del terrorismo y los cubano-americanos pueden seguir visitando y enviando remesas a la isla.



La política de Donald Trump, que solo recupera el discurso crítico hacia la isla y, en la práctica, pone en pausa el proceso de deshielo, sin cambiar realmente mucho de lo ya establecido al final del gobierno de Barack Obama, no lograra lo que mas de 56 años de embargo no han podido. No es cuestión de que apoyemos al régimen cubano; no es cuestión de que ignoremos las violaciones a los Derechos Humanos o la falta de democracia de la isla; no es cuestión de que neguemos que la necesidad de Barack Obama de obtener un éxito diplomático de envergadura para su «legado» lo hayan llevado a conceder demasiado hacia un régimen que casi no ha hecho concesiones; es cuestión de que los Estados Unidos han implementado una política de aislamiento hacia Cuba, que supuestamente busca recuperar la democracia y libertad de los cubanos, y que ha fracasado estrepitosamente; es cuestión de que por mas poderoso que sea Estados Unidos, un embargo está condenado al fracaso si el mismo solo es aplicado por un único país y es ignorado por casi todos los demás; es cuestión de que, al tener el embargo, aunque el mismo no logra su objetivo, combinado con el discurso y demás políticas contra el régimen cubano, solo le dan a este armas dialécticas con que justificar sus fracasos al echarle la culpa al «intervencionismo estadounidense» de todos los males que sufre el pueblo cubano, que son en realidad culpa de las malas políticas del régimen; es cuestión de que Estados Unidos se ha aislado del resto del continente americano, al ver cómo sus posturas hacia Cuba no son apoyadas por la mayoria de paises del continente.

Como venezolano que ha visto a su país sufrir bajo un gobierno que adora al régimen cubano, soy de los de los primeros en criticar a un régimen que desde su mismo comienzo buscó controlar Venezuela. Pero eso no me impide reconocer que Estados Unidos debe poner fin al embargo hacia Cuba, buscando tener una influencia comercial y cultural sobre la isla, que mejore la calidad de vida de los cubanos, y le permita ayudarlos para darles las herramientas para recuperar su libertad. Solo Estados Unidos liderando a una comunidad internacional que tenga influencia dentro y fuera de Cuba, podrá tener capacidad de influir en los cambios que, al final del día, dependerán de lo que el propio pueblo cubano logre. Pero mientras Estados Unidos siga fiel a una política fracasada y rechazada por el resto de la comunidad internacional, justo en una época que pareciera que Estados Unidos está abandonando su papel de líder en el escenario internacional, la capacidad de este país de lograr verdaderos cambios en la isla es poca.

Fuentes: