Gobernadores de AD: Sacrificando dignidad en nombre de sus cargos

La lucha por restaurar la democracia de la catástrofe nacional no es una que se logre a costa de la coherencia y principios de la oposición.
A comienzos de la semana, sucedió lo peor que temía podía hacer la oposición: los gobernadores electos de la coalición de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), específicamente los pertenecientes al partido Acción Democrática (AD) se juramentaron ante la ilegal e ilegítima Asamblea Nacional Constituyente (ANC), en un acto que consuma la sensación cada vez mayor de incompetencia, incoherencia y molestia de muchos venezolanos hacia la MUD en meses recientes.
En una Venezuela cuyo gobierno está controlado por un pequeño, impopular e incompetente (al menos en el arte de gobernar un país, mas no en conservar el poder) como lo es el PSUV, al que se le asocia toda clase de crímenes y violaciones, no solo contra la democracia, sino de lesa humanidad o narcotráfico, que han abusado del poder y recursos del Estado venezolanos como ningún otro gobierno (democrático o dictatorial) ha hecho en nuestra historia, el país exige tener una dirigencia opositora que tenga claro cuáles son las prioridades (la salvación de nuestra democracia), que estén dispuestos a sacrificar deseos personales o partidistas, que actúen como un ejemplo de verdadera democracia frente a los abusos del gobierno, y que tengan en claro que solo una actuación unitaria, coherente y militante podrá servir para enfrentar a un gobierno dispuesto a todo para impedir amenazas a su poder.
Pero lo hecho por la MUD en los meses recientes ha contradecido esto. Desde que se ganó las elecciones legislativas del 6 de diciembre de 2015, y en especial desde el comienzo de las protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro este año, se ha ido evidenciado que, dentro de la MUD, la diversidad de tendencia dentro de la coalición les impide tomar decisiones, ocurriendo mas de una vez que diversos partidos actúan por su cuenta cuando una decisión de la MUD no les agrada. Peor aún, ha llevado a una falta de coherencia en el discurso, a una falta de continuidad en los planes y estrategias tomados, que ha quitado credibilidad y confianza hacia la MUD. Hemos llegado al punto en que muchos votan por la MUD, no porque sean la mejor alternativa para el país, sino porque son menos malos que el chavismo, y esa es una motivación pésima para asegurar la lealtad y confianza de los ciudadanos, y una formula segura para generar frustración, y cimentar las bases para que cualquier otro en el futuro (ya sea un demócrata o el próximo dictador) aproveche esa molestia y tome el poder.
El que Laidy Gómez, Alfredo Díaz, Ramón Guevara y Antonio Barreto Sira, los gobernadores electos provenientes de AD el pasado 15 de octubre, se hayan juramentado a comienzos de esta semana frente a la directiva de la ANC, es la gota que colma el vaso a una serie de malas decisiones que han manchado la imagen de la MUD este año. Poco importa ya la verdad detrás de su decisión, poco importa si es culpa de los gobernadores, la MUD, Primero Justicia, Acción Democrática o de Henry Ramos Allup, lo que importa es que quienes han confiado en la MUD, la misma que declaro que la ANC era ilegal e inconstitucional, que decidió ir a unas elecciones regionales pese a haber criticado la ilegal actuación del Consejo Nacional Electoral (CNE) en la elección de la ANC (y que deberían haber sabido que les harían trampa), que no tuvo capacidad de demostrar adecuadamente el fraude cometido en dicha elección donde perdieron la mayoría de gobernaciones (pese a lo predicho en las encuestas), permitió que sus gobernadores se juramentaran ante una ilegal ANC. ¿Como evitar la evidente incoherencia y falta de palabra de la MUD que se percibe ahora?, ¿como evitar pensar que la MUD no tiene idea de que está haciendo y que inventa sobre la marcha?, ¿como evitar criticar a AD y a Ramos Allup de sacrificar la democracia ante la ANC en pos de obtener el dinero y recursos de las gobernaciones?, ¿como no criticar que los ahora gobernadores humillaran a la oposición por unos miserables cargos a los que igual el gobierno les quitara recursos y nombrará a sus candidatos derrotados como «protectores» de dichos estados?
Es imposible pensar que el padre de la democracia venezolana, Rómulo Betancourt debe estar revolviendose en su tumba en este momento, al ver como el partido que él fundó, AD, se vendió y humilló por unos miseros cargos y sus recursos (si es que Nicolás Maduro y el PSUV les deja algo que puedan usar), o que la MUD terminó por destruir la confianza que las personas (tanto dentro como fuera del país) depositaron en ellos, enterrando todos los logros que habían alcanzado hasta ahora. Soy ferviente creyente que, ante un gobierno como el de Nicolás Maduro, la única opción realista es que quienes se le oponen actúen unidos para restaurar la democracia real en Venezuela, pero oficialmente ya es imposible seguir apoyando a la actual MUD sin admitir la creciente cantidad de fallas que tiene. No podemos permitir que la unidad se destruya, porque ningún partido en solitario puede enfrentar al monstruo que todavia es el PSUV pese a la crisis, pero necesitamos repensar qué tipo de unidad queremos, cómo deben actuar los dirigentes, y que exigencias queremos, como ciudadanos de Venezuela, para nuestros líderes.