House of the Dragon – ¿Regresa Juego de Tronos?

House of the Dragon – ¿Regresa Juego de Tronos?
El siguiente artículo es el guión del video que puedes ver aquí

Una de las cosas que lamento es no haber visto en su día Game of Thrones, o Juego de Tronos, ya que no tenía HBO, y no tuve ánimos de buscarlo por vías menos “civilizadas” (si es que me entienden), y todo lo que he visto fue su temporada final, más porque estaba con unos amigos que si vieron la serie, que por entender bien de qué trataba lo que veía en pantalla.

Y aunque poco a poco estoy rectificando esto, ya que empecé a leer los libros en que se basó Juego de Tronos, y algún día vere la serie como se debe, si entiendo la enorme decepción que muchos fans tuvieron con el final apresurado y mal cerrado de la serie original, y cuál era el enorme reto que tenía delante su precuela, House of the Dragon, conocido en español como La Casa del Dragón, de cara a su primera temporada: recuperar esa magia con la que inició Juego de Tronos, para darnos una gran historia de intriga, traiciones y violencia digna de la obra de George R.R. Martin.

El día de hoy, les daré mi análisis de la primera temporada de la que, no solo es la gran apuesta de HBO y Warner, sino el regreso por la puerta grande de una de las licencias televisivas más importantes de la última década, para descubrir si todo lo que el público amó de Juego de Tronos regresa o no en esta serie.

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EL PREÁMBULO A LA DANZA DE LOS DRAGONES

172 años antes del nacimiento de Daenerys Targaryen, su casa gobierna todo Westeros con el poder de los dragones. Pero, aunque el reino ha vivido décadas de paz y prosperidad, se generan dudas sobre quién heredará el Trono de Hierro, surgiendo dos bandos enfrentados: el de la princesa Rhaenyra, hija mayor del rey Viserys, designada por este, en contra de la tradición, como su heredera, y quienes se oponen a que una mujer asuma la corona. 

Estas dudas sobre el futuro rey crearán un mar de conflictos en el seno de la familia Targaryen, que se convertirán, poco a poco, en diferencias irreconciliables que, de no ser resueltas, sumirán a todo el reino en una terrible guerra civil bajo el fuego de los dragones. 

No voy a andar con rodeos en esta ocasión, ya que la serie no solo me pareció buena en casi todo de principio a fin, sino que es la principal culpable de que empezara a leer Canción de Hielo y Fuego, y estoy plenamente seguro de que será una de las mejores, sino directamente la mejor, serie de la temporada, siendo un digno representante de todo lo bueno que tuvo Juego de Tronos antes de su criticado final.

Y eso que en esta ocasión HBO no lo tuvo fácil, ya que competia de tú a tú con Anillos de Poder que, en un inicio, se presentaba como la serie de televisión más costosa de la historia que, usando todo el poder financiero de Amazon, se propuso a adaptar a lo grande a El Señor de los Anillos. 

Esto nos dio a nosotros, los espectadores, dos propuestas muy similares en apariencia, ya que las dos series son precuelas de novelas de alta fantasía medieval muy famosas, que buscaban introducirnos en sus épicos mundos, para narrarnos una trama que, se aspira, dure varias temporadas.

Pero aquí hay una diferencia clave. La primera temporada de Anillos de Poder se sintió como una muy innecesariamente larga introducción, que tarda demasiado en llegar a un punto, que solo se alcanza en el final, dejándonos con el vacío de que lo realmente importante de esta temporada no lo veremos sino en la siguiente. 

House of the Dragon, en cambio, aunque también tiene toda su primera temporada como una larga introducción, se siente mucho mejor, ya que presenta varias tramas con inicio, desarrollo y final que, en conjunto, ocasionan la cadena de eventos que iniciarán la ya inevitable guerra civil por definir quién será el heredero al trono de hierro, por lo que se siente mucho más satisfactorio en darnos respuestas sobre la trama central de esta temporada, al tiempo que sienta las bases para lo que sucederá en las siguientes.

Y es que la trama central de la primera temporada de House of the Dragon trata de la familia, o en concreto, como una serie de decisiones, malos entendidos, o el simple egoísmo y ciega ambición, ocasionarán la lenta disolución de esta, trayendo consecuencias nefastas para todo el reino. 

A diferencia de Juego de Tronos, que se centraba más en el drama político y bélico de las casas nobles de Westeros, y el cómo terminaban afectando a los personajes y sus familias, House of the Dragon se siente más como una telenovela, centrada en los dramas familiares de los Targaryen, y como se dividen por sus intereses, puntos de vistas y hasta estilos de vida diferentes, y el cómo esto, poco a poco, va afectando a la política del reino, que eventualmente se verá sumida en la guerra por las diferencias internas de los Targaryen.

House of the Dragon es una serie más centrada que Juego de Tronos que, no en vano, te presentaba a varias casas, como los Stark, los Baratheon los Lannister, los Frey y muchas otras, cada una con sus propios personajes, tramas, intereses, aliados, enemigos, y ubicados en lugares distintos del mundo, por lo que el salto entre varias tramas es una constante, tanto en estos libros como en Juego de Tronos, que hace todo un pequeño reto seguir cada historia sin perderse.

En cambio, aunque House of the Dragon tiene a varios personajes en su primera temporada, se centra en exclusiva en los Targaryen, y en cómo se generan las divisiones dentro de esta familia, por lo que la trama de la primera temporada es mucho más lineal y fácil de seguir que la de Juego de Tronos. 

Habrá que ver como sera la segunda temporada, cuando los negros y los verdes, los dos bandos enfrentados por la corona, tengan que buscar aliados en todo el reino, y podamos ver, en mayor detalle, al resto de casas nobles que, asumo, tienen que tener mas precencia en el futuro.

Otro detalle que genera este enfoque son los enormes saltos temporales. A diferencia de Juego de Tronos que, en sus primeras temporadas, se tomaba bastante tiempo para desarrollar, por ejemplo, el viaje de un personaje de un sitio a otro, House of the Dragon tiene grandes saltos en el tiempo, precisamente porque busca mostrarnos cómo la familia Targaryen va evolucionando con el paso de los años, como sus diferencias van creciendo, y como poco a poco el liderazgo de la familia pasa de la generación del rey Viserys y su hermano Daemon, a la de Rhaenyra, Alicent y los hijos de estas.

Del lado bueno, esto le permite un mayor dinamismo a House of the Dragon a la hora de contar su trama ya que, en una sola temporada, se siente que nos contó bastante más de lo que Juego de Tronos, por la misma naturaleza lenta y detallada de su historia, podía ofrecer, ya que no se siente tan amarrada a mostrar, de forma más o menos realista, cuanto tarda en hacerse un viaje o ejecutarse un plan.

Al mismo tiempo, permite desarrollar, todos los pormenores que, a lo largo de casi 20 o 30 años, ocasionaran la guerra civil por el trono, entendiendo bien quien es cada personaje, sus motivaciones y sus actos, haciendo más desgarrador el momento en que finalmente todo explota en el capítulo final.

Por el lado malo, estos grandes saltos en el tiempo implican dificultades a la hora de representarlo en pantalla. Algunos, como el rey Viserys, están magníficamente representados, al ver como envejece y enferma con el pasar de los años; otros, como Rhaenyra, Alicent y los hijos de estas, simplemente cambiaron de actores para representar su paso de adolescentes a adultos. 

Pero en muchos otros casos, como Daemon, Rhaenys, Corlys Velaryon, Otto Hightower, Ser Criston Cole, se usa a los mismos actores, prácticamente sin maquillaje, efecto digital de rejuvenecimiento o algo que de a notar el paso del tiempo, y esto es especialmente notable porque, desde el prólogo hasta el final de la temporada, pasan al menos 30 años. Solo con Daemon se intenta algo, y no pasa de cambiar su corte de cabello.

Esto causa que, en la segunda mitad de la temporada, cueste creer que Daemon y Viserys sean hermanos, porque el primero no ha envejecido, y el segundo parece un muerto en vida, o que Rhaenys, Corlys o Ser Criston Cole parecen haber bebido de la fuente de la eterna juventud, al no haber cambiado en nada en 20 años o más, cosa que se nota mas cuando estan al lado de Rhaenyra y Alicent, quienes sí han envejecido.

Se hubiera apreciado que se hiciera algo para mantener en todos los personajes el paso del tiempo, y no solo en unos pocos, ya que se mantendría mejor la coherencia de la trama. Pero al final este es un detalle al que uno se acostumbra, y que no opaca el increíble buen trabajo del resto de la trama.

Otro detalle que caracteriza a House of the Dragon, es una crítica sutil, pero muy clara, al patriarcado que domina la sociedad medieval de Westeros. No en vano, uno de los grandes desencadenantes de la trama no es la falta de un hijo del rey Viserys que asuma el trono, él tiene a alguien perfectamente preparado para asumir el rol, el problema es que es Rhaenyra, una mujer.

El rechazo ante la sola idea de que sea una mujer, y no el primer hijo varón de Viserys, quien asuma el trono, es lo que termina ocasionando las discuciones, conflictos y peleas que separaran a la familia Targaryen, de una forma que hubiera sido imposible si Rhaenyra hubiera sido un hombre, y demostrando, como el mero hecho de que ella sea mujer, pone en duda su herencia al trono, no importando que sea la hija mayor del rey designada por éste como su heredera, de forma constante y sonante, por 20 años.

Pero es también un ejemplo de cómo los deseos e interés de los hombres llevan a las mujeres de este reino a caminos que no desean. Por ejemplo, Rhaenys, luego de que no fuera nombrada reina, ve cómo su esposo Corlys Velaryon lucha por obtener el poder e influencia que él siente les quitaron injustamente, a costa de la muerte de muchos miembros de su familia, y aun cuando Rhaenys le dice, varias veces, que a ella ya no le importa ese asunto. 

Al mismo tiempo, Rhaenyra y Alicent, que son dos buenas amigas que se quieren genuinamente en un inicio, ven como son puestas en bandos separados, y poco a poco enemistadas, por los intereses de sus padres en torno a la herencia y sucesión del trono. 

Si hubiera sido solo por Rhaenyra y Alicent, tal vez no habría habido enemistad en primer lugar, o se habría alcanzado algún acuerdo. Pero son los intereses de los grandes lores y señores de Westeros que les rodean, que termina llevando a que estas dos antiguas amigas se conviertan en enemigas irreconciables.

Aquí es donde entramos al que, sin lugar a dudas, es el gran eje sobre el que gira la serie: sus personajes que, siendo fieles a la tradición de la obra de George R.R. Martin, son unos repletos de virtudes y defectos. 

La primera, como no puede ser de otra, es Rhaenyra Targaryen, la hija del rey Viserys, y su heredera designada a la corona, quien actúa como una de las grandes protagonistas de la temporada. Ella representa a una mujer cansada de las limitaciones que su época y sociedad impone a las mujeres, que solo las ven como amas de casa y madres que deben dar a luz y criar a los hijos, preferiblemente varones. 

Su trama nos muestra cómo ella trata de vivir su vida con la mayor libertad y felicidad posible, alejada de las limitaciones que el mundo le impone por ser mujer, aun si eso implica ir en contra de todo lo que su sociedad considera correcto, y el cómo eso, a la larga, le trae toda una serie de problemas que puede poner en riesgo no solo su reclamo al trono, sino su vida.

A ella le sigue su amiga, y antagonista, Alicent Hightower. Si Rhaenyra es la mujer que busca romper con las limitaciones que le impone su sociedad, Alicent es la que se rinde ante esta, buscando actuar “correctamente” como hija, esposa y madre, antagonizando con Rhaenyra por como ella activamente rompe sin castigo con todo esto, bajo la protección y cuidado de su padre el rey.

He visto que algunas personas comparan a Alicent con Cersei Lannister de Juego de Tronos, al ser las dos madres que quieren y protejen a sus hijos, y maniobran para ocupar el trono ilegítimamente. Pero siento que hay una diferencia clave. 

Cersei, fuera del amor por sus hijos y Jaime Lannister, actuaba por puro egoísmo, deseando tener el poder para ser ella quien gobernase. Alicent, en cambio, actúa porque cree que es lo correcto, porque una buena hija obedece a su padre, protege y cuida a su esposo, y hace todo lo posible por darle un buen futuro a sus hijos. 

Ella nunca ha ansiado el poder para ella, sino para su hijo, porque la tradición dicta que el trono le pertenece al primer hijo varón, no a una mujer como Rhaenyra que, de todas formas, ha pisoteado todas las tradiciones y costumbres que Alicent da por sagradas.

Pero quien se volvió uno de mis personajes favoritos fue Daemon Targaryen, hermano del rey Viserys, ya que él simboliza la esencia de un buen personaje de Juego de Tronos: alguien de moralidad gris capaz, a partes iguales, de hacer el bien y el mal, siendo Daemon impulsivo, violento pero, al mismo tiempo, leal a su familia, por lo que jamás sabes que hará a continuación. 

Del mismo modo que nunca mostró respeto por la autoridad de su hermano, el rey, el cual jamás considero digno de su cargo, también le mostró una enorme lealtad, no solo nunca atreviéndose a alzar la espada en su contra, sino ayudando a su ya moribundo hermano a ir al trono, y poniéndole la corona, en la que fue no solo la última decisión de Viserys como monarca, sino una de las escenas más emotivas de la temporada.

Pero quién me sorprendió no fue otro que el propio rey Viserys ya que, aunque no esperaba nada de él, termina siendo el eje central de la temporada.

Fue su decisión de nombrar a Rhaenyra como su sucesora, su incapacidad de imponer su voluntad a los Hightower, y el permitir que conspiraran en su contra, lo que inició el conflicto. Al mismo tiempo, su vida termina siendo una tragedia porque, su máximo deseo era mantener unida a la familia, para mantener así la unidad del reino, pero al final fracasa en ambos.

Esto se ve simbolizado en la última cena con su familia, ya dividida de forma irreconciliable en ese punto. Sus seres queridos le guardan el cariño suficiente para no pelearse entre ellos en su presencia, pero apenas se retira, estos empiezan a caerse a golpes, todo un símbolo de lo que fue el reinado y legado de Viserys: uno donde su voluntad fue ignorada.

En lo referente al apartado técnico, siento que es inevitable volver a la comparación con su gran competencia de la temporada. Aunque House of the Dragon tiene un nivel soberbio, siendo un ejemplo de una gran producción televisiva, siento que Anillos de Poder le gana ya que, el poder en bruto que da el enorme presupuesto de Amazon, una de las empresas más poderosas del mundo, le permite tener unos diseños, fotografía y efectos especiales dignos de una película de alto presupuesto que la serie, de HBO y de una Warner Bros. Discovery que está en crisis, no puede competir. 

Pero antes de que saquen los palos y antorchas para criticar en los comentarios, hay que aclarar: Anillos de Poder ganara a nivel técnico, pero en lo referente a nivel emotivo, House of the Dragon gana por goleada. Momentos como la batalla de los Peldaños de Piedra, con Daemon prefiriendo ir a una lucha a muerte antes que aceptar la ayuda de su hermano, la coronación de Aegon como rey, o la batalla entre Luke y Aemond a lomo de dragones, tiene un enorme impacto, gracias a su historia tan bien construida, que genera más tensión, intriga y duda sobre el futuro de los personajes de lo que es capaz Anillos de Poder.

Donde sí hay un claro empate es en la música, ya que la banda sonora de las dos series es espectacular, habiendo un solo detalle que critico de House of the Dragon, su opening, ya que se reciclo el tema musical de Juego de Tronos. 

A nivel comercial, entiendo la decisión, ya que se busca dejar claro la relación de esta serie con la producción más exitosa y famosa de HBO, pero siento que priva a House of the Dragon de la oportunidad de tener su propia música, que le represente y de identidad por sí sola, más cuando pese a partir de la misma base, esta serie tiene sus propios detalles que le diferencian de Juego de Tronos.

Pero esto no deja de ser un minúsculo detalle en la que, al final, ha sido una grandiosa serie, que ha sabido traer, a lo grande, todo lo bueno que asociamos a Juego de Tronos, teniendo una trama que, alejada de fórmulas como el viaje del héroe y a representaciones idealistas y optimistas de los personajes, ha sabido darnos un drama con personas que se sienten reales, capaces de grandes actos de virtud y honor, como de terribles pecados y crímenes a partes iguales.

Tras el final de Juego de Tronos, que decepcionó a tantas personas, este inicio de House of the Dragon se siente como un gigantesco paso en la dirección correcta, no solo para recuperar a quienes se decepcionaron antes, sino para ofrecer algo que pretende ser genuinamente bueno, que no trate a sus espectadores como idiotas, y de espacio para pensar y debatir sobre una trama que, en su mayor parte, se aleja de ser simplemente buena o mala, sino humana. 

Otra cosa es si logrará mantener este nivel hasta el final, pero esa es una pregunta para el futuro.

Para personas como yo, que apenas están entrando al mundo de Canción de Hielo y Fuego, es una excelente entrada a este mundo ya que, al ser una precuela, no es necesario saber nada de Juego de Tronos para disfrutar la trama. Y pese a eso, está repleta de momentos y referencias que los fans de la primera serie disfrutarán plenamente.

Si buscas una buena historia de fantasía, que se enfoque en desarrollar a lo grande su trama, y que no se enfoque solo en verse espectacular (te veo a ti Anillos de Poder), les recomiendo esta serie, cuya primera temporada de 10 episodios ya está disponible en HBO.