Komi Can’t Communicate – Cuando el miedo a hablar te paraliza [Análisis]

Komi Can’t Communicate – Cuando el miedo a hablar te paraliza [Análisis]

Una vez se alcanza cierta edad, y has visto una cantidad considerable de animes, mangas y videojuegos japoneses, es inevitable que termines notando la fascinación de la sociedad japonesa por ir siempre a la segura. Si un  tipo de historia, personaje o broma funciona, la repetirán hasta el hartazgo. De ahí que, de un tiempo para acá, haya terminado siendo muy cuidadoso con el tipo de anime / manga / videojuego japonés que tocó, para evitar ser sofocado por las mismas historias de siempre ya que, si eliges bien, siempre sale alguna historia fascinante que te atrapa de inmediato. 

Este es el caso de “Komi-san no puede comunicarse”, también conocido en inglés como “Komi Can’t Communicate” y en japonés como “Komi-san wa Komyushō Desu”, que nos presenta la historia de una chica increíblemente tímida en su búsqueda de hacer amigos, logrando mediante esta premisa tan sencilla, convertirse en uno de esos casos de un anime que, pese a no ser una revolución, si llega con un carisma y un humor que logran diferenciarlo de los demás.

EL MIEDO A HABLAR

El anime nos presenta a Shouko Komi, una estudiante de secundaria que acaba de ingresar a una escuela de élite, y que rápidamente ve como su elegancia y belleza le otorgan una instantánea y abrumadora popularidad, casi siempre a niveles ridículos, entre todos quienes le rodean. 

Al mismo tiempo, se nos presenta a Hitohito Tadano, un chico promedio en todos los sentidos, que tiene la suerte de que le asignen el puesto al lado de Komi, donde termina descubriendo que, pese a su apariencia elegante y popularidad, ella realmente sufre un Trastorno de Ansiedad Social, que le genera un severo problema para comunicarse con los demás. Esto lleva a que Tadano se proponga a ayudarla a superar su problema de comunicación, y así alcanzar su sueño: hacer 100 amigos.

Esta serie está basada en el manga escrito por Tomohito Oda, que fue publicado originalmente como un one-shote en 2015 y serializado en 2016, teniendo hasta la fecha 25 volúmenes, siendo publicado en Inglés por la editorial VIZ Media en norteamérica, y por Ivrea en Latinoamérica. Desde octubre de 2021 cuenta con un anime de 12 episodios en su primera temporada, hecho por el estudio OLM (conocidos principalmente por su trabajo en el anime de Pokemon), y es distribuido internacionalmente por Netflix, quien además. hace poco. empezó a transmitir su segunda temporada.

Komi-San es uno de esos animes que parten de una premisa aparentemente sencilla, para ver hasta dónde pueden exagerar en cada uno de sus episodios, para presentarnos un humor, generalmente inocente, pero muy divertido, que nos dejará bastante momentos cómicos, siempre dentro del género del slice of life, o dicho de otro modo, la vida común y corriente de unos adolescentes en secundaria. 

De hecho, si nos limitamos a su historia, Komi Can’t Communicate cae en todos los clichés de este tipo de animes: joven protagonista rodeado de personajes con fuertes personalidades, en muchos casos mujeres, que tiene una vida común de escuela secundaria, donde no falta el festival deportivo, donde compiten las clases por la supremacía, la visita a la playa (o piscina en este caso) donde todos quedan fascinados por las chicas en traje de baño, el festival de fuegos artificiales, donde los personajes principales se empiezan a dar cuenta de cuánto se quieren, y todo coronado por el festival cultural, donde se alcanza un punto climático de la vida de los personajes. 

Todo está bien desarrollado, y sirve para pasar sin problemas el rato con una simpática y divertida historia sin muchas complicaciones, por lo que no será ninguna revolución ni nada que no hayas visto ya en muchos animes. 

Lo que sí destaco es a Komi, la protagonista que da nombre a la serie, porque da ese factor diferenciador que me ha encantado. Y es que, cuando yo era niño y adolescente, también fui una persona que le costaba entablar nuevas relaciones, que se preocupaba mucho por si lo que iba a decir iba a ser interesante, o si por el contrario, iba a molestar a los demás o a decir alguna tontería que me avergonzara, prefiriendo muchas veces no decir nada para evitarme problemas.

De ahí que yo sienta que Komi refleja muy bien estos sentimientos, ya que entiendo muy bien la idea de tener un enorme miedo de hablar con los demás, de sobrepensar las cosas, de asumir lo peor, de creer que lo mejor es destacar lo menos posible, o que las demás personas asuman erróneamente que piensas.

Komi está en silencio casi todos los episodios, teniendo tanto miedo de hablar en los 12 primeros capítulos, que prefiere escribir en un cuaderno lo que quiere decir, en vez de decirlo en voz alta. De hecho, en estos primeros capítulos, creo que exagero si digo que sus diálogos llegan a 5 minutos, ya que casi nunca dice nada de lo nerviosa que se pone. 

Eso causa que la serie opte por muchas otras formas de demostrar sus emociones y pensamientos. Adicional al que ella escriba, vemos como el anime cambia su diseño a uno más caricaturesco cuando se emociona o muestra interés en algo, o como empieza a temblar de miedo o por las dudas cuando algo le preocupa. Y en varias ocasiones se muestran unos cuadros de diálogo que indican que está pensando, como sucede en los mangas.

Eso sí, cuando yo vi la serie en Netflix, en japonés subtitulado al español, era difícil leer los diálogos y los cuadros al mismo tiempo, ya que ambos aparecen juntos como subtítulos, y no se traducen todos los cuadros, un problema al estar estos escritos en japonés. Pero algo que note, revisando rápidamente los 12 primeros episodios, es que cuentan con un doblaje en español latino, a simple vista bastante bueno, donde la narradora parece leer estos cuadros, algo que ayuda bastante, aunque no sabría decir si lo hace con todos o solo unos pocos, y no soluciona el problema para quienes vemos las series con su doblaje original.

Como detalle, el episodio 13 en adelante, al menos al momento de hacer este video, no cuenta con doblaje al español, solo subtítulos, por lo que asumo que este llegará en los próximos meses.

En cualquier caso, aunque el personaje de Komi lleva su ansiedad social al extremo ya que, al final del día, esto es un anime y debe ser divertido, siento que quienes precisamente sufrimos el problema de poder hablar cómodamente en público, podemos identificarnos con el personaje, más con la idea de que, en estos casos, es la ayuda de tus seres queridos y familiares, más el deseo propio de cambiar, lo que ayuda a salir del cascarón y tratar de conectar con los demás. 

Aquí es donde entran los demás personajes que, fiel a lo que podemos esperar de un anime, exagera en todos los sentidos, teniendo esta escuela una tasa elevada de personalidades extravagantes que, para una absoluta introvertida como Komi, le harán muy difícil el poder comunicarse, y pese a caer en algunos clichés, siento que hace un buen esfuerzo por no tener personajes que se parezcan de inmediato a otros slice of life.

De estos, destaco dos personajes: Hitohito Tadano y Najimi Osana. El primero es básicamente el gran co-protagonista de la serie, alguien que, pese a ser tímido, está a un nivel mucho más normal que el de Komi, teniendo además una capacidad de observación, y de entender a las personas, que raya en lo sobrenatural. Tadano es el elemento que ayuda a Komi a salir poco a poco de su zona de confort, a interactuar con los demás, siendo gracias a él que Komi va haciendo amigos, viendose en su relación el lento, pero imparable progreso de la protagonista. 

Najimi Osana, por su parte, me encanta por ser la antítesis de Komi. Si la protagonista tiene un miedo absoluto a hablar en público, al grado de no poder decir ni una sola palabra, y le cuesta Dios y su ayuda hacer amigos, Osana es una extrovertida en extremo, capaz de hacerse la mejor amiga de cualquier persona en cuestión de minutos, teniendo un carisma, personalidad y hasta una voz (en su original en japonés) que te atrapan de inmediato, y que me hace imposible no pensar que, de adulta, esta chica está destinada a ser política.

Del resto de personajes, todos tienen personalidades únicas y muy marcadas, representando las muy distintas formas en que los adolescentes buscan destacar y conectar con los demás, teniendo cada uno al menos un momento en que pueden brillar en su relación con Komi. 

Cada capítulo, de más o menos 25 minutos de duración, tiene alrededor de 3 pequeñas historias, a veces conectadas por algún tema (por ejemplo, el viaje a la piscina), por lo que se siente que la historia avanza bastante rápido para una serie que inicia con solo 12 episodios.

En cuanto a animación, realmente hay poco que decir. Siento que el primer episodio tiene una presentación magnífica con sus escenarios y movimiento de cámaras, y toda la serie hace un excelente trabajo en hacer destacar los momentos de humor y drama de la historia. La serie tiende a ser sencilla, transmitiendo de forma muy directa y clara lo que cada personaje piensa, teniendo una calidad que, aunque no siento que sea lo mejor que haya visto en un anime de televisión (ese honor se lo queda Violet Evergarden), si nos brinda una buena animación que acompaña muy bien la historia en todo momento.

Komi Can’t Communicate termina siendo un anime tipico de vida de adolescentes en su escuela, que no creo que revolucione el género, pero que tiene esa pequeña chispa de originalidad y humor que le hace destacar sobre los demás, con una protagonista encantadora que sabe ganarse el corazón del público, y que mediante la forma tan exagerada en que muestran su terror a hablar con los demás, siento que termina reflejando muy bien los miedos que muchas personas sienten para muchos poder comunicarse tranquilamente, y da un gran mensaje de apoyo con el que muchos se identificaran. 

Si quieres darle una oportunidad, en este momento está disponible su primera temporada en Netflix, con 12 episodios publicados en japonés y en español, tanto subtitulado como doblado, estrenando actualmente un episodio nuevo cada semana para la nueva temporada.