Pinocho de 2022- ¿Una copia sin alma? [Análisis]
Desde que en 2010 Disney estreno Alice in Wonderland, la película que hacía de secuela/re-imaginación del clásico producido por Walt Disney en persona en 1951, la casa de Mickey Mouse se ha dado la tarea de revisar su amplio catálogo de clásicos, para ver cual recicla en una nueva versión que capitalice la nostalgia con el menor esfuerzo.
Y aunque en el camino nos han dado varias películas, que nos han permitido revivir la nostalgia de los mejores días de Disney, en el proceso, ha significado la muerte creativa de la compañía, al hacer películas cuyo único mérito es ser idénticas a las originales, siendo un éxito de taquilla solo por la pura fuerza de la nostalgia, pero siempre con algún detalle que las hace inferior en calidad, narrativa o, lo que es peor, en canciones.
La última en unirse a esta lista es Pinocho, protagonizada por Benjamin Evan Ainsworth como Pinocho y Tom Hanks como Geppetto, por lo que hoy les hablaré de esta película que tuvo un estreno directo en Disney Plus, y les explicare si logra ser una cinta genuinamente buena que homenajea a lo grande uno de los mayores clásicos de Disney, o solo un remake live action mas del monton que nadie recordará en unos meses.
LA MUERTE CREATIVA DE DISNEY
La película nos presenta a Geppetto, un tallador de madera y juguetero, en algún lugar de Italia en algún punto de mediados del siglo XIX que, tras perder a su esposa e hijo, crea un títere de madera en forma de niño, al que llama Pinocho, para no sentirse solo, y luego pide un deseo a una estrella fugaz. Cuando el va a dormir, dicha estrella adquiere la forma de una Hada Azul que cumple su deseo, y le da vida a Pinocho, quien tendrá una aventura para aprender más sobre la vida, para así volverse un niño de verdad.
Si me siguen en redes sociales, verán que soy un enemigo declarado de los remakes live action de Disney, y si no fuera porque vi esta película al visitar unos amigos, y que la mayoría quería verla, ni me hubiera molestado en ver Pinocho, y la razón principal de esto es simple: son unas meras copias que no aportan absolutamente nada que no haya hecho, y probablemente mejor, la original.
Esto no es necesariamente malo si cumple el mínimo: dar un golpe de nostalgia, siendo fiel, en forma y fondo, a la película original, algo que sucedió con La Bella y la Bestia y El Rey León, los únicos de esta etapa que realmente he visto y que, pese a algunos defectos y un mensaje que ha envejecido mal (en específico con La Bella y la Bestia), fueron fieles a sus originales.
Aquí es donde está el mayor fallo de Pinocho ya que, en pos de querer actualizar la película original de 1940, que ya tiene más de 82 años a sus espaldas al hacer este video, agregaron elementos que cambiaron (para mal) el mensaje original de la película.
La animación de 1940, siendo un producto de su época, tenía un propósito sencillo: darle una moraleja a los niños para que fueran buenos, evitaran hacer maldades o desobedecer las reglas, le hicieran caso a sus mayores, porque sino, cosas malas les iban a pasar.
No es casualidad que esta película sea de las favoritas de los padres con niños pequeños, ya que termina siendo divertida, con canciones icónicas, y da una moraleja simple pero muy importante para los pequeños.
Y aunque esta intención no es mala, no podemos ignorar que más de 80 años de historia del cine, la animación, y de la propia Disney, han cambiado bastante la forma en que se hacen las historias.
Aunque las películas de Disney siguen buscando dar una moraleja, su desarrollo ahora es más complejo. Los personajes ahora cuentan con una mayor profundidad, los temas que se tocan son más complicados y con matices, y hasta los villanos ya no son simples arquetipos de malo porque sí, sino que pueden ser personajes víctimas de las circunstancias, que sufrieron alguna tragedia que los forzó a tomar el mal camino, pudiendo incluso redimirse al final (solo vean a Marvel, donde abusan de esto).
Ejemplos sobran de esta forma de hacer películas hoy en día. Frozen nos habla de lo importante que es no encerrarte en ti mismo, expresarte libremente, y amar a tus seres queridos; Moana nos enseña a no rendirnos, creer en uno mismo y a luchar por nuestros sueños; Soul nos muestra lo peligroso que es creer que tu vida solo está dictada por lo que eres capaz de hacer; y Raya y el Último Dragón habla sobre aprender a perdonar, y a confiar en los demás.
La forma de dar moralejas y lecciones en Disney ha cambiado bastante en casi un siglo, más aún tras la compra de Pixar, por lo que es posible que, de adaptar fielmente Pinocho, Disney temiera que se sintiera como un abuelo diciéndole a sus nietos “portate bien mijito y no hagas travesuras, que sino te convertirás en un burro y te llevará el coco”, por lo que son varios los cambios que hicieron para modernizar la moraleja de Pinocho.
La película de 1940 nos muestra como Pinocho no va a la escuela, prefiere ir al circo a ser famoso, miente para evitar asumir la responsabilidad por sus actos, va a la Isla de los Juegos a destruir cosas, bebiendo cerveza y fumando como un adulto, para terminar sufriendo las consecuencias de todos sus malos actos, arrepintiéndose al final de sus errores, sacrificándose para salvar a Geppetto, y solo así logrando demostrar que ya había madurado y podía volverse un niño de verdad.
En cambio, la versión de 2022 nos muestra que Pinocho desea ir a la escuela, pero lo echan por ser diferente; él no le importa ser famoso, solo va al circo porque le mienten para que crea que es lo que quiere su padre; cuando lo encierran, miente porque es la única forma en que Pepe Grillo alcance la llave que le libera cuando crezca su nariz; él no quiere ir a la Isla de los Juegos, lo obliga la presión social, y al llegar, le parece mal que esten destruyendo cosas, solo bebe cerveza de raíz (al cual hacen tanto énfasis porque en Estados Unidos también es un tipo de refresco), y él no se sacrifica para salvar a su padre, es el aceptarse a sí mismo como muñeco de madera, lo que lo vuelve un niño de verdad.
La película termina diciéndonos que a veces es bueno mentir, que si te pasa algo malo, no es tu culpa, es de las circunstancias o de alguien más, y qué debes aceptarte a ti mismo tal como eres, para así cambiar y ser mejor.
Y aunque la intención de modernizar es loable, la ejecución es terrible. Solo hay que ver el tema de la mentira, el elemento que caracteriza a Pinocho al crecerle la nariz, que busca dejar en claro que hacerlo está mal, y que ahora el remake dice que en ocasiones es bueno, ¿en serio en Disney creen que esa moraleja es buena para un niño?
Incluso el mensaje final de la película, aceptarte a ti mismo, no tiene sentido, no porque sea malo, sino porque la película se contradice. Si el mensaje fuera congruente, Pinocho debería quedarse como un títere de madera, demostrando que aceptándose tal como es, le permitirá ser feliz en la vida, y que no necesita cambiar para complacer a los demás; en cambio, al volverse un niño de verdad, nos dicen que cambiar el como eres si es importante para ser feliz, anulando el mensaje que literalmente dicen segundos antes.
Esto causa que el remake de Pinocho tenga dos mensajes, el original de 1940, y el nuevo de 2022, ambos en un constante conflicto, que diluye la fuerza del original, y deja mal contada, y con incoherencias, al nuevo.
Pero este no es el único cambio que ha traído Pinocho de 2022, ya que el remake eliminó varias escenas de la película original, y agrego otras nuevas, con nuevos personajes incluidos, causando que pasaramos de la hora 31 minutos que duraba la animación de 1940, a la hora 51 minutos que dura el remake. Pero para sorpresa de nadie, en el mejor de los casos, estos apenas si afectan a la historia principal o, directamente, son sólo un relleno para alargar la película, pero que no nos dicen nada.
A nivel de diseño, probablemente el único punto en que Disney sigue brillando en todas sus películas, Pinocho de 2022 capta muy bien la idea de la animación de 1940, especialmente el propio Pinocho y Pepe Grillo que, al verlos, emociona como cobran vida los clásicos personajes de Disney, aunque es lamentable que, siendo toda la película el viaje de Pinocho para volverse un niño de verdad, que no nos muestran prácticamente nada de él siendo real es triste (y lo poco que se ve se ve mal, por cierto)
En cuanto a los escenarios, técnicamente funcionan, y si lo vemos en una captura de pantalla, no creo que les falte nada, pero al verlo en movimiento, entra en el valle inquietante, ya que son varias las escenas donde se nota a leguas que todo en pantalla es completamente falso, hecho a computadora, especialmente en aquellos momentos donde hay actores de carne y hueso, y que lo poco que no lo es es un pequeño estudio.
A esto no ayuda algo que ya pasaba en el live action de La Bella y la Bestia, como lo es recrear los escenarios de la animación original ya que, aunque fieles en diseño y forma a sus originales animados, solo se termina resaltando mucho lo falso que es todo, al ser actores reales en fondos de dibujo animado.
Por supuesto, no olvido que esto sigue siendo una película de Disney para niños, vista por un adulto que ya ha visto muchas películas de enorme calidad visual y técnica, por lo que si algo se le puede perdonar a Pinocho son estos apartados que, al final del dia, dudo mucho que moleste a un niño.
En cuanto a actuaciones, fuera del doblaje de Pinocho, que resalta muy bien la inocencia del personaje, y Pepe Grillo, que trata de cumplir su trabajo de ser la conciencia de un protagonista sin sentido común, no hay nada que destaque. Tom Hanks no lo hace mal, pero está lejos de ser su mejor trabajo, especialmente considerando que Gepetto, su personaje, en teoría es italiano, pero fuera de alguna frase suelta, no hay nada que me haga sentir que estoy viendo a Gepetto el juguetero, sino a Tom Hanks disfrazado de italiano con bigote y peluca.
Mención especial tengo de la dirección, no por su calidad, que apenas llega a competente, sino por quien está detrás. Y es que, teniendo a Robert Zemeckis detrás de esta película, el hombre que nos dio la trilogía de Volver al Futuro o Forrest Gump, uno esperaría un resultado final mucho más satisfactorio que una mera copia que ni siquiera hace bien el trabajo.
CONCLUSIONES
Pinocho de 2022 termina siendo una película decepcionante a un nivel que no esperaba. Para quienes preferimos un mayor énfasis en historias nuevas, es triste ver todo el talento creativo de Disney centrada solo en copiarse a sí misma, sin aportar nada realmente relevante, y para quienes querían una historia fiel a la original, van a lamentar que los elementos centrales del Pinocho de 1940 cambiaron para dejar un mensaje confuso y poco claro.
Pero lo que es peor, es que la cobardía, y ansias de dinero del Disney del 2022, han llegado a niveles insospechados. En pos de evitar polémicas, como el Pinocho portándose mal mientras fuma y bebe alcohol, y en pos de actualizar el mensaje, seguramente para hacerlo más rentable acorde a los dictados de algún estudio de mercado hecho con algoritmos, no dudaron en cambiar el mensaje de una película producida por su propio fundador hace más de 80 años, dejando un cascarón vacío que no complacerá a nadie.
Que esta película fracase en la que debería ser su único punto fuerte, transmitir la misma idea que la original, lo más parecido posible, es especialmente llamativo cuando eso es lo único que se espera de esta clase de películas, y más cuando cintas como La Bella y la Bestia se mantuvieron fieles a su original, por mas desactualizado que fuese el mensaje hoy en dia, aun cuando literalmente trata de una mujer secuestrada sufriendo síndrome de estocolmo, enamorándose de su captor, y cambiandolo solo por el poder del amor.
Como mucho de lo producido actualmente por Disney, esta película cumple el mínimo para dar casi dos horas de diversión apta para toda la familia y poco más, pero si lo que buscas es una historia que aporte un poquito mas que solo entretenimiento, que si este clara en que quiere transmitir, y le muestre a tus hijos o nietos que fue lo que sentiste y aprendiste cuando viste esta película, lo mejor es que ignores el remake y vean la original.
Licenciado de Estudios Liberales de la Universidad Metropolitana de Venezuela. Me especializo en blogging, SEO y Analítica Web, además de ser un gran fanático de los videojuegos, el cine, el anime y los cómics.