Análisis de la trilogía de secuelas de Star Wars

Análisis de la trilogía de secuelas de Star Wars

Finalmente, luego de haber analizado la trilogía de precuelas, los spin-off de Rogue One y Han Solo, y la trilogía original, ha llegado el momento de hablar de la trilogía que revivió a la saga Star Wars, las que inauguraron la era Disney de la saga, Force Awakens, The Last Jedi y Rise of Skywalker, y que sin importar cuanto odies u adores esta trilogía, es innegable el enorme impacto que tuvieron para la saga creada por George Lucas, ya que no solo nos trajeron nuevas películas de la saga, sino que iniciaron una nueva era de contenidos en todos los formatos, y que aseguraron que tengamos Star Wars durante mucho tiempo. Aunque ya hemos analizado por separado algunas de estas películas, el análisis de hoy es sobre la trilogía como un todo.

La era Disney de Star Wars

La trilogía de secuelas de Star Wars, que inicio con The Force Awakens en 2015, sígnico la primera película live action de la saga en casi 11 años, y la primera sin la participación activa de George Lucas, tras la compra de Lucasfilm por parte de Disney en 2012. Como tal, la expectativa alrededor de lo que veríamos era muy alta, así como el temor a que la saga se “disneyficara” y perdiera su esencia, siendo posiblemente esto ultimo lo que mas complicaciones genero en esta nueva era. Unos querían un tono similar a las películas originales, otros que fuera similar a las de precuelas, y otros que fuera algo completamente nuevo, y esta pugna entre tres visiones completamente diferentes es algo que marco la crítica de los fans (así como el odio de algunos), y la visión de los directores.

The Force Awakens, en retrospectiva, es probablemente la película de esta trilogia que más cuidado en su desarrollo tuvo a la hora de crear una nueva película de Star Wars. J.J. Abrams demostró que sabia muy bien como recuperar el tono clásico de la saga, con una historia inspirada en Una Nueva Esperanza, a la vez que ofrecía sus “cajas de misterio” de cara al resto de la trilogía, siendo esta su mayor virtud y su mayor maldición, de cara al resultado final.

El episodio VII es básicamente un remake de la Star Wars original de 1977, con personajes como Rey, Kylo Ren o Snoke que son básicamente nuevas versiones de Luke, Darth Vader o el emperador. La trama, desde su fotografía hasta su historia, busca desesperadamente imitar lo ya hecho en Una Nueva Esperanza, a tal grado que, si conoces bien la película de 1977, sabrás por donde ira la historia. Pero aun siendo un remake disfrazado de secuela, es probablemente la única de las tres películas de esta trilogía que se siente bien desarrollada, desde su comienzo hasta su final, y que pese a ser cobarde a la hora de ofrecer algo nuevo o tener momentos de lógica discutible, en general se siente bien.

No solo esto, las pequeñas diferencias que trae esta película con respecto a Una Nueva Esperanza, como el personaje de Kylo Ren, que es presentado como un mero pretendiente a la imagen y poder de Darth Vader que jamás podrá imitar, el misterioso origen y poderes de Rey repleto de posibilidades, la presencia del personaje de Finn, un exstormtrooper que busca huir de su pasado, o una Primera Orden y una Rebelión desesperados por continuar el legado del antiguo Imperio Galáctico y la Alianza Rebelde, dan suficiente espacio para una trilogía muy buena.

El problema se presenta cuando pasamos a la siguiente película, The Last Jedi, que marca una pequeña, pero vital diferencia, entre esta trilogía y las dos anteriores. Y es que, aunque es innegable que George Lucas, al desarrollar sus películas, estuvo modificando elementos de la trama, como que Luke y Leia fuesen hermanos en el Retorno del Jedi luego de haberse besado en el Imperio Contraataca, o que Jar Jar Binks o los midiclorianos perdieran presencia luego de como fueron criticados en La Amenaza Fantasma, no quita que al final fuesen 6 películas producidas, escritas y dirigidas por la misma persona; George Lucas en el peor de los casos, tenia una idea base de que quería contar en sus dos trilogías, y se encargo de mantener un mínimo de  coherencia, por lo que podemos criticar sus películas de todo, menos de tener un inicio, un desarrollo y un final que se entiende.

Poster de Star Wars The Last Jedi
Los Últimos Jedi, sin ser el horror que algunos describen, si fue la primera de las secuelas en evidenciar la falta de planificación de la trilogía, algo que solo empeoraría después.

La trilogía de secuelas no lo hizo, ya que The Last Jedi marco la llegada de un nuevo director y un nuevo equipo, que estuvo decido a contar su propia versión de Star Wars. De esta forma, se abandono por completo el imitar tanto como fuera posible de las películas originales en The Force Awakens, y partiendo solo de la idea base del Imperio Contraataca, los buenos pierden, los malos ganan, pero hay esperanza al final, se busco crear una historia completamente nueva, con ideas y conceptos no vistos anteriormente en la saga, siendo probablemente la única desde las precuelas que busco ofrecernos un mensaje mas complicado que solo “buenos luchan contra los malos porque si”.

Esta visión conto con tres virtudes. La primera, que pese a querer un tono diferente a la anterior, solo se busco un cambio de dirección, mas no contradecir por completo a The Force Awakens, solo construir su propia historia de una forma que se puede considerar respetuosa (al menos comparando con lo hecho en la siguiente película). Segundo que, pese a tener momentos que siento pudieron mejor contados, como la falta de explicaciones de la almirante Holdo o el ridículo plan de Finn y Poe, su historia nos brindo algo nuevo y refrescante, muy alejado de la muy predecible trama de su antecesora.

Y tercero, precisamente por lo nuevo que nos traía, nos dejó conceptos muy interesantes de cara al futuro de la saga: una Rey protagonista de la trilogía que era una don nadie sin un gran legado y que debía escribir su propio camino, un Kylo Ren que, muy a diferencia de su abuelo Darth Vader, decidió no ser un simple vasallo y tomo el control de la Primera Orden, y una crítica contra querer ver el mundo en una simple división entre “bueno” y “malo”.

Esta visión de traer algo nuevo, aunque yo lo agradecí en su momento, genero una enorme polémica, porque, aunque Rian Johnson, director de The Last Jedi, considero que hizo un buen trabajo y que demostró que merece dirigir una trilogía completa el solo, es innegable que cambio la dirección que Force Awakens planteo, al menos en parte, generando un odio (en muchas ocasiones irracional) entre algunos fans de la saga que, hasta donde podemos ver, aterrorizaron a Disney.

La película que concluiría la saga, Rise of Skywalker originalmente iba a ser dirigida por Colin Trevorrow, pero la muerte de Carrie Fisher (que tendría un papel importante en el final de la trilogía) y la polémica generada por The Last Jedi, destrozaron los planes que él tenía para el final de la trilogía, y llevaron a que este renunciara en 2017, y que Lucasfilm volviese a traer a J.J. Abrams como director.

Si Force Awakens, por mas repetitiva que fuese, destaco por estar bien pensada y desarrollada, Rise of Skywalker lo hizo por sentirse apresurado y mal narrado, al grado que elementos vitales para toda la trilogía, como el regreso del emperador Palpatine, fueron planeados al momento de elaborar el guion de esta película por la necesidad de traer un villano épico a la saga, algo que el propio equipo de escritores admite sin pudo en «El Legado de Skywalker», el documental disponible en los extras de esta película en Disney+. Si Rian Johnson trato de ser respetuoso con Force Awakens, Abrams básicamente escupió sobre lo que el dejo para crear un final de trilogía que trata de simular que The Last Jedi jamás paso tanto como le es humanamente posible.

Pero no nos confundamos, la película tiene buenas ideas. No en vano, la idea de Palpatine manipulando todo desde las sombras para quedarse con el poder, o que Rey si tenia un linaje que justificaba sus poderes, o la redención de Kylo Ren, eran ideas que de haber sido planteadas desde el inicio de la trilogía, hubieran podido ofrecernos un épico final.

Pero al ser esta una trilogía con dos directores que jamás trabajaron en coordinación el uno con el otro, que tenían visiones completamente diferentes de que debería ser Star Wars, hacen que Rise of Skywalker se sienta como dos películas contadas a los golpes en una, con una mitad dedicada a contradecir a The Last Jedi tanto como pueda, y a narrar lo que probablemente J.J. Abrams hubiera querido que fuese la secuela de Force Awakens en primer lugar, y la segunda mitad dedicada a contar a los golpes un final que, fuera de la conversación entre Kylo Ren y Han Solo, se siente ilógico y hasta ridículo.

Escena de Star Wars Rise of Skywalker con Han Solo y Kylo Ren
Fuera de la escena de Han Solo y Kylo Ren, buena parte del resto El Ascenso de Skywalker​​​ es una historia sin coherencia con el resto de la trilogía o la saga.

El resultado es una historia que se siente apresurada, inorgánica, que presenta problemas sacados de la nada, llega a soluciones solo porque sí, y ahogado en momentos que solo existen por fan service o porque se ven bien en pantalla.

Que Kylo Ren, destinado a ser el gran villano del final de la trilogia, volviese a los golpes a ser un simple secuaz de un Emperador Palpatine, que solo fue mencionado una o dos veces en las dos películas anteriores, que Rey de repente sea la heredera de un Palpatine con el que jamás había hablado en su vida, que el emperador sea el gran villano obsesionado con enfrentar a una chica que jamás ha mencionado o hemos visto juntos, o que este arme un plan para dominar la galaxia que se siente estúpido y mal ejecutado, cuando el es el mismo que hizo un brillante dominar la galaxia y acabar con los Jedi en las precuelas, son solo algunos de los numerosos momentos que esta película tiene que arruinan el final de esta trilogía.

Cuesta creer que el mismo director que abrió esta trilogía tan bien con Force Awakens sea el mismo director que cerro de forma tan desastrosa la trilogía con Rise of Skywalker. Pero lo que mas duele es que esta trilogía, que estuvo tan llena de buenas ideas y que tenía mucho potencial para un final digno de la saga Skywalker, tenga como resultado un final que se siente como un completo desperdicio para casi 4 años de espera.

Y es que ni siquiera la falta de planificación de la trilogía es su mayor problema. Aplicar el “como vaya saliendo, vamos viendo” con la historia de tres películas es algo que ya se ha hecho infinidad de veces en otras trilogías sin mayores complicaciones. Su problema que tiene son dos directores, J.J. Abrams y Rian Johnson, cada uno con dos visiones completamente distintas de Star Wars. Uno quería repetir la magia de las películas originales con historias muy parecidas que contentaran a los fans, el otro quería usar la base heredada de más de 40 años de la saga para traer algo completamente nuevo. Pese a estas dos visiones diferentes de Star Wars, las dos primeras películas, pese a sus defectos, se siente bien contadas, como el principio y desarrollo de una historia, que solo necesitaba un final que cerrase las historias ya planteadas.

Fue Rise of Skywalker, con su falta de respecto absoluto a lo dicho y hecho en The Last Jedi, la que condeno a esta trilogía. Kylo Ren se siente errático en sus motivaciones, al pasar de ser secuaz a villano de la trilogía, a ser de nuevo un secuaz que se redime solo porque si en el final; Rey jamás evoluciona, siendo la eterna niña abandonada en busca de una figura paterna y en busca de que quiere ser en la vida; vemos como se desperdicia por completo la historia de Finn como exstormtrooper redimido para ser solo el amigo que grita “Rey” cada vez que puede, o un Poe, que no se decide si ser un bribón al estilo de Han Solo, un idiota impulsivo, o un líder rebelde.

Tal es la falta de coherencia que dejo el final de la trilogía, y el malestar que debió generar en el público, que casi todas las series y películas anunciadas de Star Wars en el Investor Day de Disney suceden antes, durante o poco después de la trilogía original, y que probablemente, como sucede en The Mandalorian, de momento solo se limiten a pequeñas referencias de lo que sucederá en la historia de las secuelas.  

Eso sí, podemos celebrar que, diferente a lo que sucedió en las precuelas dirigidas por George Lucas, que no destacaba por su capacidad de dirigir actores o lo bien que han envejecido sus efectos CGI, las secuelas cuentan con unas muy buenas actuaciones, con un Adam Driver y Daisy Ridley salvando unos personajes con un desarrollo cuestionable entre cada película, unos efectos especiales que mezclan muy bien efectos prácticos con CGI, y varias escenas impresionantes, como Kylo Ren viendo disparar a la Base Starkiller en The Force Awakens, “la maniobra Holdo” de The Last Jedi o la batalla de Rey contra Kylo Ren en un mar embravecido en los restos de la Estrella de la Muerte en Rise of Skywalker.

Pero aunque es claro que mi sentimiento hacia la historia de las secuelas se arruino por la terrible película que es Rise of Skywalker en casi todos los sentidos, es innegable que esta trilogía significo el regreso por todo lo alto de la saga, ahora con el poder y dinero de Disney a sus  espaldas, que abrió la saga creada por George Lucas a toda una nueva generación de espectadores, y que todo el contenido que ahora disfrutamos en todos los medios (películas, videojuegos, libros, cómics y mas que nada, series de TV), es gracias a esta trilogía. Por lo que, con virtudes y defectos, hay que saber agradecer el aporte que Rian Johnson y J.J. Abrams hicieron a la saga (aunque personalmente espero que a este último jamás le dejen dirigir otra cosa de Star Wars).