¿Son los NFT el futuro de la tecnología?
Junto a la pandemia y la escasez de chips, una de las grandes modas del 2021 fue el auge de las NFT, una tecnología que promete ser la próxima gran “revolución”, que asegura poder dar sentido de propiedad y valor a los bienes digitales, de una forma que había sido imposible hasta ahora, y que ha sido asociado bastante a imágenes, videojuegos y toda clase de productos digitales que distintas compañías, desde grandes estudios de cine como Disney y Sony, hasta empresas de videojuegos como Ubisoft o Konami, han querido sacar su tajada.
Y pese a que efectivamente puede haber potencial en el uso de las NFT en el futuro, que todavía hoy no vemos, a día de hoy son muchos los pequeños detalles que me hacen dudar de esta tecnología.
En el presente video, no solo les explicaré lo básico detrás de las NFT, sino que les brindare lo que, a mi parecer, es el mayor problema detrás de la filosofía que define a esta tecnología.
¿FUNGIBLES Y NO FUNGIBLES?
Antes de entrar en materia, es necesario dar algunos conceptos sencillos, siendo los primeros unos sacados directamente del derecho, como lo son la definición de bienes fungibles y no fungibles.
El primero se define como objetos que se agotan con su uso, y que pueden ser fácilmente reemplazados por otro de igual valor, cantidad y características, y que es imposible de usar sin consumir. Por ejemplo, una PlayStation 5, un Xbox Series X o incluso el dinero son bienes fungibles, ya que pueden ser reemplazados por otros exactamente iguales.
Un bien no fungible, por el contrario, son aquellos objetos que, por sus características, son irremplazables, como por ejemplo, la Mona Lisa de Da Vinci, el David de Miguel Angel o una foto autografiada de Stan Lee.
A esto hay que sumar otro concepto, esta vez tecnológico y un poquito más complejo, como lo es el blockchain, o cadena de bloques, que se puede resumir como una tecnología que elimina a los intermediarios en una operación. Por ejemplo, al transferir dinero entre dos personas, normalmente hay uno o dos bancos que realizan las transacciones mediante procesos y cuentas en las que el usuario no tiene voz ni voto, mientras que el blockchain permite que miles o millones de usuarios posean cada uno un nodo, todos enlazados y cifrados entre sí, que les permite ser partícipes y gestores de los libros de cuentas del banco, creando una base de datos distribuida y segura, gracias al cifrado, que permite a los usuarios, o nodos, verificar las transacciones para validarlas y que se registren en el gran libro de cuentas de la red. Y aunque su uso más común es para las criptomonedas como Bitcoin, puede ser aplicado a todo tipo de transacciones que no sean necesariamente económicas.
Con todos estos conceptos en la mente, ahora si podemos entrar en el tema de este video: ¿qué son los NFT? Estas son las siglas en inglés de Token No Fungible, y usa la misma tecnología que da vida a Ethereum, una de las criptomonedas más populares, para crear una especie de certificado digital de originalidad (aunque otras criptomonedas tienen sus propias versiones), permitiendo que toda clase de arte y objetos de colección digitales se conviertan en objetos únicos en su clase, haciendo fácil que sean activos verificables y comerciables mediante tecnología blockchain.
Esto ha permitido la venta de toda clase de bienes digitales que, hasta hace relativamente poco, nadie le hubiera dado ningún valor, como el primer tuit de Twitter escrito por Jack Dorsey, que se vendió en 2,9 millones de dólares, un video clip de LeBron James haciendo una jugada que se vendió en 200.000 dólares, e incluso un gif de hace una década de “Nyan Cat”, que se vendió por 600.000 dólares.
Incluso grandes compañías han entrado a vender sus propios artículos NFT. Por ejemplo, quienes fueron al estreno de Spider-man: No Way Home en los cines de AMC en Estados Unidos, recibieron NFT de la película gratis; Ubisoft creó su plataforma conocida como “Ubisoft Quartz”, que implementa artículos cosméticos con tecnología NFT en sus juegos, siendo el primero Ghost Recon Breakpoint, y Konami decidió conmemorar el 35 aniversario de Castlevania subastando videos e imagenes NFT de la saga.
Los defensores de esta tecnología alegan que de esta forma se le da valor al trabajo de los artistas digitales, permitiendo que puedan ganar más dinero de sus obras que, de otra forma, no tendrían ningún valor. Y es que, si algo no podemos negar, es que el auge de Internet, las páginas web, redes sociales y servicios de streaming, ha golpeado mucho a los artistas, ya que dibujantes, animadores y compositores ven como su arte tiene poco o nulo valor en una era digital, que permite el fácil e instantáneo acceso a toda clase de contenido que, hasta hace solo unas décadas, era más difícil de conseguir.
Pero ahí está el que considero es el principal problema detrás de esta tecnología. El Internet, las computadoras, y básicamente todo el ambiente digital que conocemos desde por lo menos la década de los 90, está basado en un simple principio: el libre, inmediato y abundante acceso a la información, ya que nada me impide copiar, pegar y distribuir un libro, imagen o video tantas veces como yo quiera, más allá de cuánto almacenamiento tenga disponible en mi computadora o memoria USB.
Es innegable que esto cambió por completo el valor que le damos a las cosas, que considero podemos resumir en dos: el valor que damos a un objeto por cuanto nos costó conseguirlo, y el valor por cuán único es. No es lo mismo valorar un disco de vinilo de Michael Jackson, que tuvimos que comprar en la tienda de música a 2 horas de viaje en automóvil, que el álbum de iTunes de Michael Jackson que pudimos descargar en 2 minutos en nuestro iPhone.
Y aunque coincido en que hay que darle más valor al trabajo de los artistas, que ven cómo ganan una miseria por su trabajo (por ejemplo, vean cuánto paga Spotify a sus cantantes), la solución que ofrecen los NFT es absurda por la escasez artificial que genera.
No hay nada que justifique que una imagen jpg, un video de YouTube, o una canción en mp3, tengan alguna clase de originalidad, que permita darle un precio basado únicamente en su exclusividad, ya que al ser digitales, por definición, puedo copiar y pegar dicho archivo infinitas veces, siempre con las mismas características. Nunca más habrá una primera pintura hecha a mano de la Mona Lisa de Da Vinci, pero sí puede haber infinitas copias digitales del pixel art de Castlevania, y pretender que el segundo tenga el mismo valor que el primero es un absurdo.
Peor aún, es el hecho de que realmente no eres dueño de nada. Si mañana me hago millonario, y decido comprar un Action Comic numero 1 de 1938, que en 2021 se vendió una copia en más de 3 millones de dólares, eso me hace dueño de una revista de cómic limitada, que puedo guardar, leer, exhibir en un museo o directamente quemarlo. Me hago dueño de un bien tangible, que puedo tocar y poseer, y directamente hacer con él lo que me dé la gana.
Con un NFT eso es imposible, no solo porque es un bien digital inmaterial, sino porque en muchos casos, estos no son sino archivos de poco tamaño, que contienen la encriptación que asegura que eres el dueño de la dirección web específica que contiene tu imagen, video o lo que sea que hayas comprado, y poco más.
Por lo tanto, no puedes cambiar de ubicacion el archivo, porque el NFT no se puede modificar una vez creado, no puedes limitar quién puede ver dicho archivo, ya que este está en una página web pública a la vista de todos, y nada impide que una persona copie dicho archivo, que será exactamente igual al que tu pagaste. Y en la mayoría de los casos, los artistas originales no venden los derechos de autor de las obras, por lo que no puedes usarlas libremente en ningún otro lugar.
Y todo esto rogando porque en primer lugar, la página web en cuestión que almacena el archivo que compraste no se caiga. No sólo ya han habido estafas de artistas que venden NFT, y luego cierran la página que almacena el archivo, sino que está el simple hecho de que todas estas paginas que venden NFT en la actualidad, manejadas por empresas creadas en medio de la ola de popularidad que han tenido los NFT, no pueden garantizar que seguirán operando en 5 años, menos aún que los videos e imágenes a las que enlaza los NFT seguirán en línea en el futuro, por lo que si hoy compro una imagen NFT, nada asegura que seguirá en línea en 2 años.
Y si esto no es suficiente, son varios los artistas que han denunciado como su trabajo ha sido robado, ya que muchos “vendedores” buscan imágenes en páginas web como DeviantArt, para convertir el arte ahí presente en NFT y venderlos sin consentimiento de los autores. Gracias a esto, los NFT no han sino empeorado un problema ya existente, el copiar, pegar y usar sin permiso arte ajeno en Internet, y lo han magnificado a niveles que son inmanejables para artistas que, de por sí, sufren para poder monetizar su arte.
Con esto no digo que la tecnología NFT no pueda tener utilidad en el futuro. La idea de una base de datos descentralizada, que asegura que una persona es dueña de un bien, y que está disponible en línea a la vista de todo el público, puede tener algún potencial que hoy no sabemos ver.
Pero en este momento, lo único que está haciendo es traer la especulación y la escasez de bienes digitales que, a la hora de la verdad, no se justifica, menos aún cuando la “posesión” de una imagen NFT, puede llegar a ser tan costosa como el comprar una obra de arte en el mundo real, pero con una fracción minúscula de los derechos que tendrías como dueño, y solo para poseer el equivalente a un “ticket” que dice que eres “dueño” del arte que todo el mundo puede ver libremente en Internet. Solo el tiempo dirá si los NFT ayudan más de lo que perjudican.
Si desean obtener más información acerca de las NFT, además de compartir en la descripción las fuentes que use para este video, tambien les recomiendo el trabajo de otros YouTubers, como Chucho Calderon de La Zona Cero, que da un análisis detallado de los NFT y cómo afectan a los artistas, o los canales de Cinamer y BaityBait, que han hecho lo propio pero desde el punto de vista de los videojuegos.
Licenciado de Estudios Liberales de la Universidad Metropolitana de Venezuela. Me especializo en blogging, SEO y Analítica Web, además de ser un gran fanático de los videojuegos, el cine, el anime y los cómics.