Matrix Resurrections – Análisis del regreso de Neo y Trinity
La película de Matrix de 1999 se convirtió, por derecho propio, en una de las películas más importantes de su generación. Su inspiracion en el cine asiatico de artes marciales o el anime, con claro predominio de Ghost in the Shell, el como trata temas filosóficos para construir su trama, y el simple espectáculo visual que representó en su momento su estética y efectos visuales, especialmente el ahora famoso “tiempo bala”, nos dejó una película que supo marcar época, en ser de esas cintas que se convertiría en una parte esencial de la cultura pop de los siguientes años.
Pero, pese a la fama e influencia que la cinta creada por los por entonces hermanos Wachowskis (ahora hermanas), fuera de la antología anime de Animatrix, o videojuegos como Enter the Matrix, The Matrix: Path of Neo o The Matrix Online, la saga nunca tuvo el mismo nivel de contenido que otras sagas de ciencia ficción como Star Wars o Star Trek (para bien o para mal, depende del punto de vista de cada uno), dejando a los fans sin nuevas historias de Neo y compañía durante años.
Pero esto finalmente ha cambiado este 2021 con Matrix Resurrections (traducido al español como Matrix Resurrecciones) que, a diferencia de entregas pasadas, solo es dirigida por Lana Wachowski, y que nos trae de vuelta a la Matrix, con Keanu Reeves y Carrie-Anne Moss regresando a sus papeles de Neo y Trinity, y Yahya Abdul-Mateen II en el papel de un joven Morfeo.
Antes de continuar, aunque no me propongo a narrar la historia de Matrix Resurrections al detalle, si haré este análisis con spoilers, por lo que quedan advertidos.
REGRESANDO A LA MATRIX
A diferencia de lo que se podría pensar en un primer momento, el gran logro de Matrix de 1999 no fue en espectáculo o efectos visuales, sino en cómo logró introducir conceptos filosóficos, normalmente complicados, de una forma fácilmente comprensible para el espectador promedio, no en vano, el cómo determinar la realidad y el yo ha sido uno de los grandes temas de debate de la filosofía desde los albores de la civilización.
Solo por no complicarnos mucho, tenemos la alegoría de la cueva de Platón, que nos habla de cómo un hombre encerrado en una cueva, ve las sombras de esta como la verdad del mundo, ignorando la realidad del mundo exterior, o las ideas de Descartes, que nos habla de cómo los sentidos nos pueden manipular, haciendo imposible usarlos para definir la realidad, y que lo único seguro es nuestra capacidad de dudar, de pensar (de ahí la famosa frase de “Pienso, luego existo”).
Estas ideas fueron la base para la Matrix, una prisión digital creada por las máquinas tras una guerra con la humanidad, para tener a esta prisionera en una jaula de oro que, al engañarnos para que creamos que es la realidad y finjamos que somos libres, nos tengan dóciles y bajo control para usarnos como baterías.
De ahí que, replicar el enorme impacto que la primera película género ha sido algo muy complicado, no en vano no son pocos los que consideran a Matrix Reloaded y Matrix Revolutions como películas inferiores a la original, sino directamente malas, y que pese a emocionar la idea de Matrix Resurrections, no fuesen pocos los que temieran que fuese una mala película, que no supiera replicar lo que hizo grande a la original.
Pero antes de entrar en materia, ¿de qué trata Matrix Resurrections?
La película nos presenta a Thomas Anderson, que vuelve a ser interpretado por Keanu Reeves, un diseñador de videojuegos que ha alcanzado la fama mundial con su trilogía de videojuegos, The Matrix, pero que tiene constantes recuerdos de un mundo imposible de máquinas que lo atormentan, así como la extraña sensación de que conoce a una mujer con la que nunca ha hablado, interpretada por Carrie-Anne Moss, que le llevan a cuestionar que es real y que no en su vida.
Al mismo tiempo, Bugs, una miembro de la resistencia contra las máquinas, encuentra a un extraño programa de Matrix parecido a Morfeo, que le ayudará a encontrar a Neo, desaparecido hace muchos años tras la guerra, para así salvarlo de la nueva versión de la Matrix.
Lo que más disfrute de la película, es lo autoconsciente que esta es de la fama que tuvo Matrix, y lo usa a su favor para narrar su historia, ya que Neo está básicamente soñando dentro de un sueño, con las máquinas convirtiendo sus recuerdos, la historia de su vida, en la trama de un videojuego de alto presupuesto, restándole no solo cualquier significado e importancia que él pudiera darle, sino haciéndole dudar de su propia sanidad mental, haciendo difícil a cualquier rebelde el lograr que alguien atrapado dentro de la Matrix crea en la falsedad de su mundo.
A fin de cuentas, si todo el mundo conoce que Matrix es una película/videojuegos, ¿quién va a creer que la idea de estar atrapados en un mundo virtual es posible? Esta nueva versión de la Matrix, este nuevo plan para tener a la humanidad, especialmente a Neo y a Trinity, bajo control, me parece no sólo congruente con la forma de actuar de las máquinas, sino una forma natural de continuar la historia de la trilogía original.
Esto se ve reforzado por como usan constantemente escenas de la trilogía original en esta película. Matrix Resurrections no solo recrea momentos y reutiliza diálogos, sino que directamente los compara con las propias escenas originales, incluso los usa como parte del escenario de algunos momentos en concreto, demostrando no solo lo consciente que es la película de estas similitudes, sino el cómo los propios personajes de Matrix conocen la vida de Neo como una figura legendaria cuya historia es conocida por todos.
Pero la mejor parte, es que esto permite a Lana Wachowski hacer una crítica, nada sutil, a la forma de trabajar de Hollywood hoy en día. No en vano, Thomas Anderson trabaja para una compañía de videojuegos bajo el mando de Warner Bros, empresa que deja bien claro que desean continuar con el “videojuego” de Matrix con o sin él, y que no me sorprendería que así haya sucedido en la vida real con la película.
Matrix Resurrections, de esta forma, critica la obsesión de las grandes empresas por solo querer hacer remakes, secuelas o spin off de las mismas historias, el como quieren reducir el que hizo grande a una película en una fórmula que puede ser descubierta mediante estudios de mercado, encuestas, estadísticas y replicable infinitamente como forma segura de alcanzar el éxito, tal cual como en una línea de montaje. Todo con un discurso que, sin romper la cuarta pared, se siente que va dirigido tanto al espectador, como a alimentar la idea de que Neo está atrapado dentro de la Matrix.
Casi la primera mitad de la película, que dura alrededor de 2 horas y media, se centra en presentarnos estas ideas, logrando por momentos sentirse casi como si fuera una parodia de la Matrix original, donde no está claro si la película busca hacer una sátira de esta historia, o si genuinamente Thomas Anderson imagino todo lo que sucedió en la trilogía original, que realmente todo este tiempo estuvo atrapado en la Matrix y que apenas ahora vamos a descubrir la verdad.
La segunda mitad de la película es en el “mundo real”, donde descubrimos qué fue lo que sucedió tras la trilogía original, y cuál es el verdadero eje central de la trama: el rescatar a Trinity.
A su vez, aqui es donde vemos reflejada la segunda fase de la “fama” que Matrix tuvo hace 20 años, ya que Bugs y el resto de la tripulación de su nave han vivido todas sus vidas conociendo la historia de Neo y Trinity, el cómo lucharon contra las máquinas y lograron traer una era de paz que duró décadas, convirtiendo a estos personajes en prácticamente leyendas que han inspirado a toda una nueva generación de personas a buscar la libertad de la opresión de Matrix.
También es en esta parte, al menos a nivel personal, cuando la película pierde parte de su fuerza, ya que se hace rápidamente evidente que fuera de estos mensajes, Matrix Resurrections no propone traer una trama tan cargada de filosofía o complejidad como la película original.
Y es que, pese a que me encanto el como usaron a las películas originales para crear una trama nueva, y que la historia de amor de Neo queriendo salvar a Trinity a cualquier costo me gusto, si siento que la película le falto algo, tanto en forma como en fondo.
Solo en el aspecto visual, pese a ser una película de alto presupuesto, la misma se siente muy reducida por momentos. Tiene muchos efectos especiales, pero nada que realmente no podamos esperar de una película de Warner, y hasta pareciera que cosas como el tiempo bala se ven peores que en la película original. También tiene muchas escenas de combate, pero ninguna que podamos considerar memorable, algo especialmente llamativo en una saga que nos dio cosas como la batalla en el vestíbulo de Matrix, la batalla contra los clones en Matrix Reloaded o la batalla final de Matrix Revolutions, por solo mencionar algunas.
La trama en sí tampoco ayuda, ya que fuera de lo anteriormente mencionado, no me convence mucho. La historia está completamente centrada en Neo tratando de alcanzar, y luego salvar, a Trinity, dejando en un relativo segundo plano todo lo demás, desde la nueva versión de Matrix hasta la situación entre las máquinas y la humanidad.
En esto no ayuda el antagonista de la historia, “El Analista”, interpretado por Neil Patrick Harris. No negaré que me encanto el momento en que descubrí que él había asumido el papel del “Arquitecto” de la trilogía original y que, a diferencia de éste, que veía el mundo como una fórmula matemática a resolver, el Analista lo ve como uno donde hay que manipular a la psique humana.
Mi problema viene cuando el eje central de todo su control sobre Matrix y sobre todas las personas allí encerradas, viene de tener prisioneros a Neo y Trinity, ya que les da una importancia que, a mi parecer, no tiene mucho sentido y que, aunque por sí sola no es peor a la importancia que Neo ya tenia en la trilogía original (que tambien senti algo exagerada y extraña en su momento), al ser el eje central de toda la trama, hace que esta pierda impacto, y me cueste creer en las motivaciones del Analista, que por esto ni llega a ser un gran villano a derrotar (como lo es el Joker para Batman), ni llega a ser la gran mente maestra tras las sombra (como el Emperador Palpatine en Star Wars).
Otro personaje que no me convence es el Morfeo de Yahya Abdul-Mateen II. En principio, la idea de que sea una Inteligencia Artificial creada por Neo en su videojuego, para que simule ser Morfeo, se ve interesante y da para una excelente trama del gran defensor de la humanidad convertido en una IA de Matrix, pero a la larga se siente como un personaje de apoyo que tiene poco que aportar a la trama.
En este mismo paquete entra Smith, interpretado por Jonathan Groff, ya que su personaje no solo se siente como una burla al agente Smith original de Hugo Weaving, sino que hace incluso menos que Morfeo, sirviendo solo para salvar a los protagonistas porque si en el tramo final de la película.
Y en líneas generales, la sensación que me dejó la película, es de una que trata constantemente de imitar lo que hizo grande a la trilogía original de Matrix, de estar tanto tiempo tratando de copiar escenas y diálogos, que hasta reutiliza escenas de las películas originales, dando la sensación extraña de que estas son una ficción dentro de su universo.
Lo más paradójico es que, pese a esa constante búsqueda de querer imitar lo ya visto hace 20 años, la película no logra sino resaltar lo mucho que ha cambiado todo. Ya no hay agentes, sino bots controlados por el Analista, ya hay teléfonos para entrar y salir de Matrix, sino espejos, y pese a que sigue habiendo conflictos entre humanidad y máquinas, ahora hay más espacio para el entendimiento y la cooperación entre ambos.
Al mismo tiempo, hace que esta película dependa en exceso de las películas anteriores, casi como si fuera un epílogo muy largo de la trilogía original, y no el inicio de una nueva etapa de Matrix que pueda sobrevivir por sí sola (como fue The Force Awakens en Star Wars). Es casi como si el equipo detrás de esta película hiciera una cinta autoconclusiva, que, en caso de fracasar en taquilla, no deje demasiadas preguntas sin responder, ni arruine lo ya visto en las películas originales, pero que en caso de funcionar, tenga espacio suficiente de donde crear una saga a partir de aquí.
Es por estas razones que se me hace difícil decir con seguridad si Matrix Resurrections es buena o mala película, ya que pese a sus defectos, a la constante sensación, especialmente en su segunda mitad, de que esto no es sino una copia inferior a lo que ya vimos hace 20 años, también lo siento como una crítica de Lana Wachowski y su equipo, de querer decirnos que es muy difícil, por no decir imposible, que una Matrix 4 logre darnos las mismas sensaciones y tenga la misma influencia que la Matrix original de 1999.
Al mismo tiempo, siento que logra ser una secuela que, pese a rozar la parodia y la sátira en varios momentos, logra dar un gran homenaje a todo lo que hizo grandioso a Matrix hace 2 décadas, convirtiéndose en una secuela digna para quienes hayan disfrutado las películas originales, y que al menos yo recomiendo, pese a que innegablemente no creo que sea la mejor de la saga.
Originalmente este articulo iba a ser publicado en forma de video en mi canal de YouTube, pero por una serie de problemas que surgieron, al final se publico solo en texto en el blog.
Licenciado de Estudios Liberales de la Universidad Metropolitana de Venezuela. Me especializo en blogging, SEO y Analítica Web, además de ser un gran fanático de los videojuegos, el cine, el anime y los cómics.