Múnich en vísperas de una guerra – ¿Cuánto sacrificarías en nombre de la paz?
Si hay una constante en el entretenimiento desde hace décadas, es el narrarnos historias de la Segunda Guerra Mundial. Desde películas como Dunkerque, Jojo Rabbit o mi favorita, La Caída, a clásicos como Rescatando al soldado Ryan, Casablanca o La lista de Schindler, siendo incluso un subgénero en los videojuegos, con cientos de títulos que se ubican en este periodo, con sagas como Medal of Honor o Call of Duty como sus mayores exponentes.
Pero si algo une a la mayoría de estas historias, es que se ubican siempre dentro del contexto de la guerra, mostrando la épica lucha de los aliados en contra de las terribles fuerzas del Eje en el campo de batalla, o los horribles crímenes contra la humanidad que Alemania y sus aliados cometieron.
Pocas veces vemos historias que se enfoquen en otros aspectos de este periodo, como lo hace “Múnich en vísperas de una guerra” (o Munich – The Edge of War en inglés), exclusiva de Netflix, y que nos muestra los valientes, pero en retrospectiva inútiles, esfuerzos de los aliados, de evitar otra guerra mundial, al tiempo que dos jóvenes, uno britanico y otro alemán, luchan para revelar los verdaderos planes de Alemania para Europa.
TRATANDO DE EVITAR OTRA GUERRA
“Múnich en vísperas de una guerra” se ubica en otoño de 1938, con Europa en medio de una crisis diplomática, por los planes de Hitler de querer anexar parte de Checoslovaquia, bajo el reclamo de que pertenece a Alemania. Ante la posibilidad de que recurra a la fuerza e invada el país con sus tropas, lo que forzaría a los Aliados, liderados por el Primer Ministro Britanico Neville Chamberlain, a tener que responder e iniciar así una nueva guerra mundial, la película nos muestra los intentos desesperados del gobierno britanico de evitar un nuevo conflicto, que terminará siendo todavía más horrible que la Primera Guerra Mundial.
Paralelo a esto, tenemos la historia de dos jóvenes amigos, Hugh Legat, que es el secretario de Neville Chamberlain, y la de Paul von Hartmann, que es empleado de la Cancillería alemana. Hartmann descubre que, detrás de las palabras de Hitler de querer preservar la paz, se esconde realmente un malévolo plan para conquistar toda Europa, por lo que se inicia una lucha tras bambalinas para tratar de pasar esta información a su antiguo amigo, con quien no ha hablado en años, para que así los británicos sepan la verdad y se preparen para detener las locuras de Hitler.
La película es dirigida por Christian Schwochow (perdon si lo pronuncio mal), que aunque personalmente nunca había escuchado de él, ha dirigido varias películas alemanas como “Cracks in the Shell”, “West” y “Je suis Karl”, así como un par de episodios de la tercera temporada de “The Crown”, he hizo esta película basada en una exitosa novela de 2017 escrita por Robert Harris.
A lo largo de las poco más de dos horas que dura la película, vemos como la trama mezcla la historia ficticia de Legat y Hartmann, con la historia real de Neville Chamberlain por tratar de evitar por todos los medios una guerra mundial, llegando cierto punto en que ambas tramas se unen.
La cinta en general, aunque prácticamente no tiene escenas de acción, si logra mantener en todo momento la tensión. Primero, cuando vemos que la gran amistad entre Legat y Hartmann se ve arruinada cuando el segundo, un alemán orgulloso de su país, en pos de ver reconstruida a su nación, tras la humillación sufrida por la derrota de la Primera Guerra Mundial, es incapaz de ver la locura y fanatismo que proponen los Nazis. Luego, cuando Hartmann finalmente ve esa locura, y hace todo lo posible para advertir a los aliados de los planes reales de Hitler, y de prevenirles que es imposible dialogar con él; y finalmente, mediante el sentimiento constante de miedo que hay en el ambiente, de ver como nadie quiere ir a la guerra, pero todo parece llevar inexorablemente hasta esta.
Es gracias a lo bien presentado que es la tensión en la cinta, especialmente en la historia de Legat y Hartmann, que su trama, pese a ser realmente sencilla, logra mantener nuestra atención en todo momento, ya que nunca sabremos si realmente lograran sus objetivos, o si la dictadura alemana los descubrirá y los detendrá, y todo practicamente sin tener escenas de acción, sino con una constante opresión propia de estar en un país bajo una dictadura como la Alemana, al borde de una Guerra Mundial.
Además, mediante personajes como el de Hartmann, su secretaria Helen Winter (interpretado por Sandra Hüller), así como un compañero de la Cancillería y hasta un general, se nos recuerda que, pese a la creencia popular, dentro de Alemania no todos apoyaban a Hitler, y que incluso hubo personas que hicieron todo lo posible para frenarlo.
Pero lo que más llamó mi atención es la forma en que representan a Neville Chamberlain, con la excelente actuación de Jeremy Irons (a quien vimos como Alfred en Batman v Superman o Adrian Veidt en Watchmen de HBO). Popularmente, a esta figura histórica se le recuerda por ser el Primer Ministro Britanico que no supo ver la locura de Hitler, que teniendo todo para frenar su lenta conquista de Europa (no olvidemos que, agrandes rasgos, anexó a Austria y Checoslovaquia antes de la Segunda Guerra Mundial, así como ayudó a los franquistas en la Guerra Civil Española), no hizo absolutamente nada para evitarlo, siendo responsabilizado de no evitar el ascenso y conquista de Hitler antes de la guerra.
Y aunque naturalmente vemos algo de esto en la película, mostrando a Neville Chamberlain como un hombre que cree que todo se puede solucionar mediante el diálogo, incapaz de ver el verdadero grado de maldad de Hitler y lo imposible que era llegar a un acuerdo diplomático con el, también nos recuerdan que esta ceguera tenía una razón de ser.
Y es que, habiendo dejado la Primera Guerra Mundial entre 10 a 20 millones de muertos, la caída de 4 imperios, toda la destrucción, caos y pobreza que esa locura sin sentido ocasionó, y la seguridad de que cualquier nueva guerra podría ser infinitamente peor, es comprensible el porque muchos en la época no querían un nuevo conflicto, prefiriendo tratar de calmar a hombre como Hitler y sus fanáticos, aún cuando en retrospectiva, sabemos que no había acuerdo o diálogo posible con una dictadura que exigía nada menos que la conquista total de Europa.
Neville Chamberlain nos muestra a un hombre que tenía buenas intenciones, que probablemente era la clase de político que el mundo necesitaba en 1914 para evitar la carnicería inutil que fue la Primera Guerra Mundial, y una buena representación de cómo las secuelas que esa guerra dejó, llevó al Reino Unido y sus aliados a no reconocer el verdadero peligro que representaba Alemania en 1938, y lo imposible que era llegar a un acuerdo pacifico, dejando la pelicula en manos del espectador el determinar el verdadero grado de culpabilidad de Chamberlain en lo que pasaría poco menos de un año después al iniciar la guerra.
Otro elemento que aprecio de “Múnich en vísperas de una guerra” es precisamente el debate en torno a la paz que esta genera. Por un lado, lo valiente de ver como Neville Chamberlain hace todo lo que está en su poder para evitar una nueva guerra, pero por el otro, la duda que genera el que tanto se debe sacrificar para mantener la paz, cuando el evitar un conflicto implica pagar un precio tan alto, que no solo implica sacrificar tus ideales o a los demás, sino vivir bajo sumisión o miedo, revelandonos que no es fácil discernir cuándo hay que defender la paz por encima de todo, y cuando es el momento de luchar para defender tus creencias.
Ya en el plano cinematográfico, aunque la película nos transmite muy bien la tensión constante que se ve vive en 1938, de un mundo atemorizado de que haya otra Guerra Mundial, si siento que en ocasiones que la cámara se mueve demasiado para transmitir esa tensión, como si fuera una pelicula de Transformer de Michael Bay, llegando a ser incómoda en ocasiones. Sobre la banda sonora, es el clásico caso de “cumple” y poco más”, no teniendo nada memorable fuera de acompañar bien las escenas.
“Múnich en vísperas de una guerra”, aunque está lejos de ser una película de acción con grandes combates, es una historia sobre la Segunda Guerra Mundial que destaca por mostrarnos esos momentos previos a la guerra, la lucha por evitar otro conflicto, una que sabemos como espectadores que está destinada a fracasar, y que nos abre la pregunta de cuándo hay que defender la paz, y cuando es el momento de luchar, todo empaquetado en una historia que mezcla muy bien la realidad con la ficción, teniendo esta última una sencilla pero bien presentada trama de amistad y valentía por hacer lo correcto pese a los riesgos.
Si buscas una historia de la Segunda Guerra Mundial alejada de lo que tradicionalmente asociamos a estas tramas, te recomiendo esta película.
Licenciado de Estudios Liberales de la Universidad Metropolitana de Venezuela. Me especializo en blogging, SEO y Analítica Web, además de ser un gran fanático de los videojuegos, el cine, el anime y los cómics.