Plan País: El Día Después

Plan País: El Día Después

El Plan País es un ejemplo de cómo la oposición venezolana, luego de perder años en peleas internas, esta finalmente organizándose en torno a un plan para recuperar el país.

Hasta la presentación, esta semana, del Plan País, la política venezolana de los últimos años se podía definir con una palabra: patética. Y es que, desde hacia tiempo lo único que se observaba es, por un lado, a unos partidos de oposición más concentrados en pelearse entre ellos (de la forma más pública y notoria posible) por cuotas de poder (vacías de poder real) que en recuperar la democracia, y por el otro lado, un gobierno cada vez más autoritario que solo le interesa el poder por el poder, que defiende y aplica un programa económico que a todas luces no funciona (usándolo, ademas, solo como mecanismo de control sobre la población), mientras que su único éxito real es haber simulado, por más tiempo que la oposición, una imagen de unidad ante las cámaras de televisión, mientras se caían a cuchillos en privado.

Por esto es por lo que, desde hace un tiempo, en The Digital Questioner se redujo considerablemente el numero de artículos sobre Venezuela. ¿Para que repetir hasta el cansancio lo mal que va el país? (para eso están otras paginas web y las redes sociales) ¿Para que repetir lo ridículo y catastrófico que es el “y que” programa económico del régimen de Nicolas Maduro? ¿Para que repetir la falta de unidad en la ahora extinta “Mesa de la Unidad Democrática”? ¿Para que hablar de una oposición que, hasta hace poco, no proponía absolutamente nada mas que caerle a críticas a Maduro? La política de Venezuela se resumía en: un grupo de mafiosos mandando con puño de hierro desde el gobierno, y un grupo de políticos que querían gobernar de la misma forma y solo les molestaba que los mafiosos no compartían el poder.

Pero este año de tragedia, tanto nacional como para los partidos, parece que ha servido para que (finalmente) reflexionaran. Y es que, el problema que tenia los partidos tradicionales de la oposición es que, en esencia, el Chavismo (y ahora Madurismo), en materia económica y social, han aplicado la versión extrema de lo que la democracia socialdemócrata hizo en los 40 años previos. Con unos partidos que lucharon con uñas y dientes contra las reformas a favor del mercado y reducción del Estado en la década de los 90, con ideas económicas y sociales parecidas a las propuestas por Chávez, y siendo este tan popular que la población ignoro sus ataques a la democracia y la institucionalidad, sumado a las peleas internas de la oposición y los ataques del gobierno, era poco lo que la oposición podía ofrecer en respuesta al chavismo.

Y aquí es cuando finalmente llego al tema central de este artículo, y es que con un 2018 que fue de caída libre para todos en Venezuela, los partidos y la sociedad finalmente están tomando pasos decisivos para recuperar el país, dándose cuenta de que antes que las luchas personalistas o el orgullo partidista, esta el pensar en la nación. Y aunque todavía falta el tener una propuesta de lucha efectiva para lograr un cambio de gobierno (que no pase por la invasión militar extranjera o la guerra civil), el que esta semana se presentase un programa de gobierno para el “día después” de Nicolas Maduro (de ahí el nombre), que me sorprendió tanto por ser un plan serio como por el importante cambio de tono que representa para la política venezolana, es ya un primer paso importante.

Para hablar sobre este tema, primero describiré, a grandes rasgos, los objetivos del Plan País: El día después, seguido de las propuestas económicas, la lucha contra la emergencia humanitaria, el programa petrolero, los servicios públicos y los cuerpos de seguridad y el sistema de justicia, para luego, en cada parte, dar una breve opinión sobre la propuesta.

Objetivos generales del Plan País

El Plan País tiene tres objetivos generales:

  • Recuperar al Estado venezolano y ponerlo al servicio de la gente.
  • Empoderar a los venezolanos a fin de liberar sus fuerzas creativas y productivas.
  • Reinsertar al país en el concierto de naciones libres del mundo.

Lo primero que hay que destacar es que el Plan País no detalla en ningún momento la estrategia para lograr un cambio de gobierno, lo que implica que, o no se quiere anunciar todavía hasta que estén listo de aplicarlo, o lo más probable, que todavía no hay consenso sobre la estrategia a aplicar.

Lo segundo es el poner al Estado al servicio de las personas, empoderarlos y liberar sus fuerzas creativas. La democracia venezolana jamás rechazo de pleno al mercado o la propiedad privada, pero si consideraba que era el Estado y el gasto público, no el mercado y la iniciativa privada, los motores por los cuales la sociedad avanzaría y progresaría. Claro está, esto solo fue posible por los ingresos provenientes del petróleo, y termino degenerando en un clientelismo político entre los partidos y los votantes, que a la larga llevo a la corrupción y a un modelo económico que se derrumbo cuando cayeron los precios petroleros. Y fue precisamente la negativa a aceptar esta realidad, y la lucha a muerte para evitar cambiar este modelo por uno mas favor del mercado y la iniciativa privada, una de las razones por las cuales la democracia venezolana entro en crisis entre la década de los 80 y 90.

Lo tercero que destaca es el “reinsertar” a Venezuela en el “concierto de naciones libres”, lo que a primera vista podría implicar un cambio en la relación de Venezuela con el mundo, para integrarse de nuevo a las naciones democráticas (a diferencia del chavismo, aliado de cuanto autoritarismo contrario a Estados Unidos encuentra). Pero el Plan País se centra mas en el ayuda humanitaria y financiamiento de organismos multilaterales para lograr la reconstrucción del país, que en otra cosa.

El plan económico

Imagen Dolares Estados Unidos
El financiamiento internacional, acabar con el control de cambio, adoptar un sistema de anclaje cambiario y no imprimir dinero inorgánico son la base del plan económico. Foto original de Sharon McCutcheon
  • Acceder a la banca multilateral para solicitar el financiamiento requerido en condiciones preferenciales y ayuda económica internacional.
  • Adoptar un sistema de anclaje cambiario respaldado por los fondos recibidos, estabilizando las expectativas de los actores económicos para frenar la inflación.
  • Desmontar el sistema de controles, regulaciones, trabas burocráticas y normas punitivas.
  • Recapitalizar la banca y reactivar el mercado de capitales.
  • Promover las inversiones internacionales en un marco regulatorio que genere confianza y protección efectiva a la propiedad privada.
  • Dar apertura a la inversión privada en las empresas públicas y las medidas que sean necesarias para recuperar su capacidad de operación, especialmente en la gestión de servicios públicos.

En la parte económica del Plan País, hay varias medidas que realmente no sorprenden, ya que son obligatorias y necesarias para la reconstrucción de Venezuela. Por ejemplo, el primero y más importante pasaría por el solicitar financiamiento y ayuda internacional, dado que Venezuela, en los términos mas sencillos posibles, está en bancarrota (lo que incluiría una reestructuración de la deuda externa); el segundo mas importante es el desmontaje del control de cambio, dado que las distorsiones que este ocasionan son una parte importante de la hiperinflación que vive actualmente Venezuela, aunque la idea de anclarlo al dólar no me convence mucho (solo hay que ver como termino Argentina en el 2000 luego de anclar el peso al dólar). Finalmente, el ultimo paso obvio es el promover la inversión extranjera y proteger la propiedad privada, dos elementos atacados por el actual régimen venezolano.

Otro punto que ya se había anunciado con anterioridad, es el recuperar, al menos parcialmente, algo del dinero que la corrupción de los últimos 20 años ha robado a la nación, como forma de financiar, al menos parcialmente, la reconstrucción de Venezuela. Pero el mas importante de las medidas, obvias pero necesarias, es el acabar con la impresión de dinero inorgánico para financiar al Estado, el cual, aunque se prevé un aumento del gasto publico para atender la emergencia humanitaria, se haría únicamente con dinero orgánico, obtenido con el financiamiento internacional y los ingresos del Estado (como los impuestos y el petróleo).

Pero hay un elemento que, si me sorprendió, como lo es el “dar apertura a la inversión privada en las empresas públicas” así como cualquier otra medida necesaria para recuperar su operatividad. Venezuela, en general, siempre se ha caracterizado por tener grandes empresas públicas, incluso durante la democracia, que además de que en general eran ineficientes, servían como fuente de corrupción. Y tal era el apego de la política venezolana al concepto de empresas públicas, que uno de los puntos mas criticados, en su día, al segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez (1989-1993) fue su programa de privatización de empresas públicas, elemento que fue paralizado tan pronto el fue destituido por la Corte Suprema de Venezuela. Por tal motivo, ver que los partidos venezolanos pasarán de defender las empresas públicas, a aceptar que las empresas privadas ofrezcan (aunque sea supervisadas y reguladas por el Estado) servicios públicos en el Plan País, lo veo como otro cambio importante en la política venezolana (y solo se necesitó la destrucción casi total del chavismo para lograrlo).

Abastecimiento, salud y educación

Supermercado lleno Supermarket full Plan Pais
Mejorar el abastecimiento de comida y medicinas, recuperar la salud y educación, y promover empleos con salarios reales son la formula para luchar contra la crisis humanitaria del Plan País. Foto original de Fikri Rasyid.
  • Abastecimiento y acceso a bienes y servicios de primera necesidad.
  • Atención especializada a los sectores salud, educación y nutrición de los más vulnerables.
  • Promoción de empleos de calidad y protección del ingreso familiar.

Este es otro caso donde los objetivos, a grandes rasgos, no sorprenden, dado que la emergencia humanitaria en salud, alimentos, medicinas y educación obliga a plantearse estos objetivos en cualquier plan de gobierno futuro, lo que si sorprende es el cómo. Como he mencionado antes, la idea central de la política venezolana durante la democracia (1958-1998) fue el tener al Estado como base para el progreso de la sociedad y la economía, aunque nunca se ataco la propiedad o empresa privada. El Chavismo, en sus ansias de poder, y guiados por su ideología comunista, transformo estos principios, y los programas sociales que sustentaba, en mecanismos de control y sumisión sobre la sociedad, para asegurar su poder sobre el Estado, a la vez que destruía la propiedad y empresa privada para así tomar el control sobre ellas.

La oposición, con su propuesta de gobierno, busca acabar con los subsidios indirectos del chavismo para promover subsidios directos, eficientes y progresivos, así como acabar con la descentralización de los mecanismos de distribución, y reemplazarlas con mecanismos de distribución con iniciativa privada y ONG encargadas de la emergencia humanitaria.

Pero lo que considero mas llamativo de todo son dos elementos: el que los programas sociales busquen expresamente el ayudar a las personas mas vulnerables solo mientras desarrollan mecanismos para satisfacer sus necesidades por sus propios medios, y el énfasis en el papel de la iniciativa privada en la sociedad.

El plan petrolero

Campo petroleo Petroleo
Recuperar PDVSA, aumentar la producción y permitir una mayor presencia de la inversión privada, sin que la nación pierda su propiedad sobre los hidrocarburos, son la esencia del plan petrolero de la oposición. Foto original de Zbynek Burival.
  • Aprobar una nueva Ley de Hidrocarburos que permita la implementación de las políticas necesarias para la reconstrucción de nuestra industria.
    • Preservar la propiedad de la Nación sobre los yacimientos de hidrocarburos.
    • Permitir que el capital privado sea accionista mayoritario en proyectos petroleros.
    • Diseñar un régimen fiscal competitivo.
    • Maximizar la producción de petróleo y gas.
    • Crear la Agencia Venezolana de Hidrocarburos para la administración eficiente y técnica de los yacimientos, así como para regular y supervisar el sector.
  • Atraer, de manera significativa, capital privado nacional e internacional, que ni el gobierno ni PDVSA están en la capacidad de proveer.
  • Garantizar que se cumplan los contratos y el mayor beneficio a la Nación de los ingresos provenientes por impuestos y regalías.
  • Reestructurar y redimensionar a PDVSA para consolidarla como una empresa pública competitiva enfocada en el sector hidrocarburos.

En materia petrolera es donde se ve menos cambios con respecto al pasado de Venezuela, ya que lo primero que se resalta es no poner en duda el monopolio del Estado sobre el petróleo, ni la existencia misma de PDVSA, elementos que, considero, deberían ser modificados. A fin de cuentas, si lo más sano para la política de un país es dividir el poder para evitar que este se concentre en pocas manos, ¿no es igual de sano hacerlo con lo económico? más aun si quien controla la mayor industria del país es el mismo que hace las leyes.

Pero esto ya es una opinión producto de que yo he vivido únicamente en la era de «PDVSA en ruinas y endeuda» que es actualmente, pero no niego que si algo hizo de forma magistral la democracia fue el manejo de la industria petrolera, la cual no solo logro hacerlo evitando su politización y corrupción (un logro más grande considerando el desastre que fue la política venezolana en los ’80 y ’90), sino que lo hizo al grado de convertir a PDVSA en una de las 5 mayores empresas petroleras del mundo en su época. Por ende, es el tipo de cosas en que, aunque yo haría algo diferente, puedo dar el beneficio de la duda a un tema como el manejo de PDVSA, ya que si se hizo bien antes, ¿Por qué no se podría hacer de nuevo en el futuro? A la democracia de 1958 se le puede criticar muchas cosas, pero la dirección que le dio a PDVSA no es una de ellas.

Lo que si cambia el Plan País es con respecto a la política chavista en dos puntos importantes. El primero, y en concordancia con el resto del plan, es el darle un mayor papel a la empresa privada en los proyectos petroleros (no como ahora, donde el Estado siempre debe ser accionista mayoritario), y la creación de la llamada Agencia Venezolana de Hidrocarburos para el manejo de los yacimientos petroleros. Con esto, aunque oficialmente el Estado conservaría su control sobre el petróleo, y PDVSA su monopolio en la extracción y refinación, se permitiría una mayor presencia de la empresa privada en la industria nacional (tal como se planeaba originalmente en la década de los ’90 antes de llegar Chávez al poder) y se buscaría evitar que el control de los yacimientos esté en las mismas manos de quien extrae y refina el petróleo.

Los servicios públicos

Torres de Electricidad
Aunque se plantea que el Estado conserve su propiedad sobre los servicios públicos, se plantea que estos sean operados por empresas privadas. Foto original de Matthew Henry.
  • Sector privado responsable a través de licitación para la operación de los activos. Las inversiones requeridas para lograr los estándares de calidad, accesibilidad y cobertura corren por cuenta de quién opere.
  • Estado responsable de la regulación y cumplimento estricto de los contratos manteniendo la propiedad de los activos.
  • Inicialmente, precios diferenciados de acuerdo a la capacidad de pago de los diversos sectores de la población a través de subsidios directos, hasta que los niveles salariales permitan eliminar dichos subsidios.
  • Mecanismos de contraloría ciudadana sobre la prestación de los servicios públicos.

Los servicios públicos son otro de los grandes temas dentro del Plan País, dado lo pésimo (por decirlo amablemente) con que han ido funcionando en los gobiernos chavistas y maduristas en lo últimos 20 años. Es claro que reconoce el fracaso de unos servicios públicos administrados únicamente por el Estado, y esta dispuesto a abrirse a la iniciativa privada para mejorar y operar dichos servicios, pero a diferencia de las privatizaciones de la década de los ’90, el plan país plantea que el Estado solo licite la operación de los servicios públicos, pero conservando la propiedad de los mismos, para que de esta forma, sin que estos dejen de ser del Estado, la inversión para recuperar y mantener la calidad, así como asegurar su acceso, estén a cargo de la empresa privada.

Otro punto que destaca es que se menciona claramente que la intención de los subsidios directos a los servicios públicos, así como el diferenciar el costo de los mismos de acuerdo a los sectores de la población, serian una medida temporal en lo que tarde en recuperarse el valor de los salarios, para que sean estos, y no los subsidios del gobierno, los que paguen los servicios públicos.

Acceso a la justicia

Mazo Justicia Cortes
Abandonar el enfoque militar de la policía (la cual sera reorganizada y mejor equipada), reformar y reforzar el poder judicial y luchar contra la corrupción son la base de los cambios en seguridad y justicia del Plan País. Foto original de rawpixel.

La destrucción del sistema de justicia venezolano, así como de los cuerpos de seguridad, es otra de las áreas que el Plan País abarca en su propuesta de gobierno. Aquí, mas que innovación, se trataría de un plan para reconstruirlos y asegurar una mayor eficiencia y justicia para los ciudadanos.

Del lado de los cuerpos de seguridad, a grandes rasgos, propone una reforma estructural del Ministerio Publico y el CICPC, así como duplicar el numero de jueces. Desmilitarizar, despolitizar y descentralizar los cuerpos de seguridad, así como reestructurar la institucionalidad y actuación de los organismos policiales, a los cuales se propone dotar de más equipo, tecnología y personal con mejor entrenamiento, el cual contaría con alianzas de cooperación internacional para traer experiencia y tecnología, así como abandonar el modelo militar del chavismo, a uno policial preventivo. También propone recolectar y compartir la información entre los distintos organismos policiales para comprender mejor el origen y dimensión de los delitos en Venezuela, lograr un control efectivo de los organismos de seguridad para que sus actos sean supervisados y sujetos a evaluación y mejoría, así como garantizar mayor participación ciudadana, mejorar la iluminación de las calles y reinventar el sistema penitenciario (que incluye reformar las actuales cárceles y construir otras nuevas).

Del lado de las cortes, se propone revisar el ordenamiento jurídico, reformar y reforzar el poder judicial (duplicando el numero de jueces, aumentar la transparencia, mejorar el funcionamiento de instancia inferiores, y simplificar y unificar normas procesales), fortalecer las funciones contraloras del Poder Legislativo (tan atacado y destruido durante el régimen de Nicolas Maduro con su Tribunal Supremo de Justicia), eliminar la reelección indefinida, institucional la lucha contra la corrupción (creando una jurisdicción, infraestructura y fiscales especiales contra la corrupción; crear la Ley de protección a los denunciantes, reducir el tamaño del Estado y sistematización de los procesos de gasto de la administración pública). También se propone la descentralización (para organizar al país como una verdadera República Federal, aumentando el poder de estadal y local y limitar el nacional) y rediseñar la administración publica para que este al servicio del ciudadano.

En conclusión

El Plan País no lo veo como un cambio radical para la política venezolana, pero si representa un cambio importante, un ejemplo de un programa económico que actualiza la política del pais al reconocer la importancia de la empresa privada y de darle poder al ciudadano para que este viva sin la ayuda y control del Estado, un ejemplo de como se ha tratado de conservar lo bueno de los 40 años de la democracia de 1958, y evitando, por todos los medios, los abusos del chavismo y el madurismo.

Lo mas parecido al plan país en la historia de Venezuela fue el “Gran Viraje” del segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez, que también, a grandes rasgos, busco reformar la política y economía del país, disminuyendo el tamaño del Estado, darle más poder al ciudadano y mayor importancia al mercado y la empresa privada en la economía. Pero, aunque tenía buenas intenciones, la falta de dialogo para lograr un proyecto de consenso, sumado a que en ultima instancia él se limito a imponer sus ideas, y a una falta de comunicación a una sociedad que simplemente no entendió la necesidad de cambio, condenaron al rechazo mayoritario de su programa.

En ese sentido, la destrucción de Venezuela en manos del chavismo logro lo que la decadencia de la democracia nunca logro: hacer entender a la sociedad, a las empresas y, en especial a los partidos, de la necesidad de un modelo económico y político diferente, uno que abandona las bases puramente socialdemócratas de la democracia de 1958, e incluye elementos de mercado y liberales en los planes a futuro del país, que ante la tragedia que vivimos actualmente, ya nadie puede criticar en su necesidad.

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